El Partido de la Liberación Dominicana se encuentra en uno de sus peores momentos con el apresamiento y sometimiento a la Justicia de varios altos exfuncionarios de los últimos 8 años de Gobierno de Danilo Medina, quien ha reaccionado acusando al Gobierno de Luis Abinader de ejecutar una persecución política contra sus adversarios, a través de la Procuraduría General de la República, en vana pretensión de eludir las responsabilidades que como exjefe de Estado le corresponden por su cercanía personal con los sometidos a la Justicia en el caso Calamar.
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Los peledeístas están tratando, por todos los medios, de desviar la atención pública y convertir un tema judicial en un problema político, llegando al extremo de ausentar a sus legisladores de sus obligaciones congresuales y tratar de desestabilizar la paz y orden públicos con protestas que las autoridades policiales deben manejar con mucha prudencia evitando proporcionarle el famoso “muerto de campaña” que los victimice y lesione la imagen de demócrata del presidente Abinader.
Las provocaciones seguirán y se intensificarán en la medida que las investigaciones se aproximen al envalentonado Danilo Medina quien difícilmente pueda convencer a alguien de que estaba ajeno a los desafueros de su círculo de poder más cercano.