Quedó desmoronado mi vaticinio de que la demócrata Kamala Harris ganaría la elección presidencial de Estados Unidos. El pueblo estadounidense se inclinó abrumadoramente hacia el retorno a la Casa Blanca del candidato republicano Donald Joseph Trump, erigiéndole el cuadragésimo-séptimo presidente de la nación más poderosa del mundo.
Trump, quien gobernó durante el periodo 2016-2020, obtuvo una victoria pocas veces vista en los anales de la historia americana: ganó 312 votos electorales, el voto popular por primera vez en 20 años para los republicanos, el control del Senado y la Cámara de Representantes; por ende, podrá hacer y deshacer leyes e influir el Poder Judicial.
En una palabra: el político de extrema derecha tendrá en sus manos un poder omnímodo desde la Casa Blanca y el Capitolio, capaz de abrazarlo y comprenderlo todo desde Washington, DC, a nivel nacional e internacional, puede disminuir, mantener y aumentar el poder global de la superpotencia estadounidense.
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Trump, con su elección, superó una complicada etapa de duro enfrentamiento político y de persecución judicial, debido, en principio, al papel de instigador de los desórdenes del 6 de enero del 2021 contra el Capitolio para tratar de impedir la aprobación congresual de la victoria del demócrata Joe Biden, la cual denunció como fraudulenta sin pruebas. Dos impeachment (juicio político) cuando gobernaba, cargos de sedición tras concluir su mandato y una sentencia penal cuya condena sería declarada el próximo 26 de noviembre y hallado culpable de fraude empresarial, matizan la impronta del electo mandatario estadounidense, quien tiene que dedicar ahora parte de la transición a desmontar el régimen de ilegalidades que le acompaña para mantener la imagen de dignidad del presidente de Estados Unidos.
El poder alcanzado por Trump es tan omnímodo que la posibilidad de que Estados Unidos salga de la OTAN está a la vuelta de la esquina, con todas las consecuencias en la política internacional para Europa, Asia y el Medio Oriente, a pesar de que el Congreso estadounidense aprobó en diciembre pasado una ley que obliga al gobernante a necesitar una mayoría especial en el Senado o una nueva ley. Con 54 senadores republicanos y más de 300 representantes es indudable que Trump moverá a su antojo el Capitolio.
Trump logró hacerse del control del Partido Republicano a través del movimiento Make America Great Again (MAGA), una coalición de supremacía blanca, religiosos católicos y evangélicos contrarios a la despenalización del aborto, a la inmigración ilegal y de imponer altas tarifas a la importación.
¿Qué espera el mundo del segundo mandato d Trump, una figura conflictiva que promete retaliación y persecución política? Lo sabremos a partir del 20 de enero del 2025.