El presidente filipino quiere armar a civiles para combatir a yihadistas

El presidente filipino quiere armar a civiles para combatir a yihadistas

Manila. El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, expresó su intención de proporcionar armas a los vecinos de Bohol para combatir a militantes yihadistas escondidos en esta isla tras una incursión fallida de Abu Sayyaf la semana pasada.

“Tengo intención de armar e involucrar a los civiles”, dijo anoche el mandatario en una entrevista con medios locales durante su visita a Bohol, en la región central del país.

Duterte aseguró que si los vecinos matan a presuntos terroristas “no tienen por qué preocuparse; simplemente acuden a la policía, hacen un informe en el que declaran la verdad y no tendrán ningún problema” y prometió otorgarles él mismo el indulto.

El presidente matizó, en todo caso, que consultará su propuesta de armar a civiles con las autoridades locales, ya que éstas “podrían plantear algunas objeciones».

Duterte visitó Bohol, donde a finales de mes se reunirá la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), una semana después de que trece miembros de Abu Sayyaf se infiltraran en la isla a bordo de lanchas para presuntamente secuestrar a turistas.

El grupo fue avistado por vecinos y el pasado día 11 se enfrentó con un destacamento del Ejército en el que murieron tres soldados, un policía y seis rebeldes, entre ellos Abu Rami, considerado un prominente líder de Abu Sayyaf.

Otros siete yihadistas lograron escapar por lo que Duterte ofreció ayer una recompensa de un millón de pesos (18.700 euros, 20.000 dólares) a quien pueda facilitar la captura de los fugitivos “vivos o muertos».

“Ofrezco la recompensa por los terroristas vivos o muertos, pero los prefiero muertos porque a los vivos hay que alimentarlos y es más costoso”, dijo el presidente.

El Ejército ha emprendido una operación de busca y captura en la que ha difundido las fotografías de los yihadistas escapados que aún estarían armados y han pedido la colaboración de los vecinos de Bohol.

Este incidente podría suponer un fuerte golpe a la economía de la isla, conocida por sus atractivos turísticos y donde hasta ahora no se había detectado la presencia de organizaciones yihadistas.

Abu Sayyaf, fundado en 1991 en la isla de Basilan (sur), ha secuestrado en los últimos años a decenas de personas en aguas del suroeste de Filipinas y el noreste de Malasia para exigir rescates con los que se financia.

El grupo decapitó en febrero a un rehén alemán tras no recibir el rescate monetario que reclamaba y mantiene en su poder una treintena más de rehenes, incluidos una veintena de extranjeros de varias nacionalidades.