El presidente Grant y el conservadurismo actual en Estados Unidos

El presidente Grant y el conservadurismo actual en Estados Unidos

Diomedes Núñez Polanco

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En su espectacular discurso del pasado 4 de marzo, el presidente Donald Trump fue reiterativo con relación a los temas planteados en el de su juramentación, el 20 de enero. Se destaca su proclamación de anexarse Canadá, obtener Groenlandia y retomar el canal de Panamá.

Desde mucho antes de intervenir en la guerra hispanoamericana, durante la lucha independentista de Cuba frente a España, ya sondeaba la posibilidad de construir un canal interoceánico, a través de América Central, que facilitara la comunicación del Atlántico con el Pacífico; tanto así. que hubo la necesidad de que se firmara el Tratado Clayton-Bullwer, el 19 de abril de 1850, entre Estados Unidos y el Reino Unido, por las tensiones de los dos países respecto a su interés por la importancia estratégica del Caribe, especialmente la zona centroamericana, tradicionalmente muy influida por los británicos, quienes veían con recelo la cada vez mayor tendencia expansionista estadounidense.

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El despojo de México por más de la mitad de su territorio, en los años 40 del siglo XIX, y su interés por anexionarse Cuba y la República Dominicana para entonces, así como la adquisición de las pequeñas islas del Caribe insular, fueron marcando a Estados Unidos como la potencia hegemónica mundial, desde la primera década del siglo XX, desplazando de esa posición al temible imperio británico.

Para 1887, Estados Unidos obtuvo el derecho exclusivo de instalar una base naval en Pearl Harbour, y en 1898 todo el archipiélago de Hawái pasó a ser territorio suyo. El presidente Ulises Grant había dado los primeros pasos en esa dirección; los demás continuaron su ejemplo.

Sería en la década de 1890, desde la Guerra Civil, cuando el tradicional interés generalizado del gobierno y del pueblo estadounidenses por la política exterior y la expansión, volvieron a convertirse en un ejercicio ininterrumpido. Sin embargo, en los años de 1877 y siguientes se había hecho hincapié en la obtención de zonas del istmo centroamericano, con el objeto de construir el tan apetecido canal interoceánico. El mayor revuelo lo provocó la noticia de que Fernando Lesseps, el artífice del Canal de Suez, se proponía construir el de Panamá mediante una concesión de Colombia, obtenida por la compañía francesa L.N.B. Wise.

El Congreso estadounidense llegó a considerar la construcción del canal en las condiciones proyectadas por la compañía francesa, como un acto poco amistoso hacia los Estados Unidos y como una violación de la Doctrina Monroe.

El presidente Rutherford Bichard Hayes, que había comenzado su mandato en marzo de 1877, en un mensaje especial del 8 de marzo de 1880 ante el Congreso, dejó claro que Estados Unidos abandonaba la política que había seguido, hasta ese momento, respecto del canal, que era la de considerarlo como obra de interés común a todos los pueblos civilizados, en igualdad de condiciones. Ahora, se declaraba en favor de “un canal norteamericano”.

El presidente Hayes expresó su criterio respecto al canal, en estos términos:

“Un canal interoceánico a través del Istmo cambiará radicalmente las relaciones geográficas entre las costas del Atlántico y del Pacífico de los Estados Unidos y el resto del mundo. El canal será la vía de comunicación más importante entre nuestras costas del Atlántico y del Pacífico; virtualmente, una parte de la línea de costas de los Estados Unidos. Nuestro interés comercial, por sí solo, es mayor que el de todos los otros países, a la vez que las relaciones del canal con nuestro poder y nuestra prosperidad como nación, con nuestros medios de defensa, nuestra unidad, nuestra paz y nuestra seguridad, son materias de un interés preferente para el pueblo de los Estados Unidos “.

Se trataba del interés comercial de Estados Unidos, sin importarle lo que significara el canal para los demás naciones. Lesseps trató de convencer a la opinión pública del país sobre las ventajas de su proyecto.

Los gobiernos que siguieron al de Hayes, encabezados por James Abram Garfield y Chester Alan Arthur, mantuvieron la política que inició el primero sobre la obra de Lesseps, y en sus esfuerzos por anular el Tratado Clayton Bulwer, que ponía límites a sus pretensiones, obtuvieron poco éxito.

A causa de la crisis económica de 1873 los republicanos perdieron en 1978 las elecciones para el Congreso; desde la Guerra Civil, por primera vez ganaron los demócratas, y en la década 1880-90 la situación económica experimentó apreciable mejoría. Para entonces, en Estados Unidos había más vías férreas que en toda Europa. Fue en 1885 cuando el demócratca Grover Cleveland llegó al poder por primera vez.

En la década de los 80 del siglo XIX, según el historiador Ramiro Guerra, “La gigantesca obra de crecimiento interior alcanzaba una magnitud extraordinaria, no solo en el orden económico, sino en cuanto al rápido aumento de la población y en todos los demás aspectos de la vida nacional. El consumo interior había crecido fabulosamente, pero ya no absorbía toda la producción industrial o agrícola, en mayor necesidad de nuevos mercados extranjeros cada día “.

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