Londres.– El príncipe Enrique, nieto de la reina Isabel II y uno de los miembros más carismáticos de la familia real británica, ha admitido que ya no reniega de su posición y quiere hacer algo constructivo con su vida a través de labores benéficas.
En un documental que emite hoy la cadena ITV, el hijo del príncipe Carlos y la fallecida Diana de Gales reconoce, además, que “ser malo es aburrido” y “ser bueno” es más divertido.
El príncipe, que centró hace unos años la atención mediática por su afición a las fiestas, admite que está comprometido con “hacer algo positivo” de su vida, lo que le ha llevado a crear una organización benéfica que ayuda a niños enfermos de sida en Lesoto.
A sus 32 años y quinto en la línea de sucesión al trono del Reino Unido, confiesa que en el pasado trataba de “escurrir el bulto”, pero asegura que ahora su punto de vista es “muy, muy diferente».
“Luchaba contra el sistema diciendo ‘no quiero ser esta persona, mi madre murió cuando yo era muy, muy pequeño y no quiero estar en esta posición'».
Diana de Gales falleció en un accidente de coche en París el 31 de agosto de 1997. “Ahora estoy a tope y lleno de energía, con suerte de estar en una posición en la que puedo marcar diferencias”, dice el hijo menor de Carlos de Inglaterra al programa de la ITV, que centra su atención en el trabajo humanitario que desempeña en Lesoto.
Enrique fundó en 2006 junto al príncipe Seisso de Lesoto la organización no gubernamental “Sentebale” (“No me olvides») para ayudar a los miles de menores afectados por el virus del sida en ese país africano.
“Las historias positivas son las que conmueven a la gente cada día. Es divertido ser bueno y es aburrido ser malo, aunque también se puede ser un poco travieso”, bromea el príncipe.