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En una época en la que la economía global se encuentra golpeada por una muy fuerte depresión, producto de una pandemia que tiene las perspectivas económicas, sociales y de salud en total incertidumbre, debemos preguntarnos: ¿qué podemos hacer para afrontar este momento?
Es de nuestro agrado, el interés manifiesto por el Presidente Abinader de relanzar el proyecto del Puerto de Manzanillo, lo que impulsó a escribir y a publicar, en el prestigioso periódico Hoy, mi cuarto artículo acerca de la importancia de esta obra, y de las razones que pueden hacer de ella, el primero publicado en 1998.
El foco fundamental para llevar a cabo exportaciones masivas desde el país hasta la costa Este de Estados Unidos, que posee 170 millones de consumidores. México, por su cercanía, ya ejerce esta ventaja, pues tiene bastante control de las exportaciones que llevan a cabo en el Medio Oeste y el Oeste de dicho país.
Antes de tocar esta situación, en concreto, vamos a exponer, sucintamente, algunos puntos fundamentales:
- La importancia de China en la globalización.
- La Intersección de la Revolución Tecnológica y Gerencial
- El concepto fundamental del intercambio con otros países, que es la proximidad geográfica y proximidad económica. La razón del extraordinario éxito de Singapur, Hong Kong, etc. está en la obsesión con la que esos pueblos protegen sus proximidades. Para tener una idea: Singapur es una isla de 725 kilómetros cuadrados (la sexta parte del territorio dominicano) y 5.7 millones de habitantes, que tiene que desalinizar el agua. Asumiendo totalmente esta ventaja competitiva, es decir, desarrollando estas dos proximidades, han logrado situarse, actualmente, en un punto alto de desarrollo y bienestar, pues el ingreso per cápita es más de 50 mil dólares, cuando en 1967 era de 500 dólares al año (Este milagro económico será tratado en un próximo artículo).
China realizó la proeza en 30 años de crear de 600 a 700 millones de empleos y aumentó a una tasa compuesta de 10% por año el salario mínimo. Esto ha llevado el salario mínimo (que oscila entre las diversas regiones geográficas de China) de menos de 100 dólares a casi 400 dólares, llevando a China a hacer exportaciones con un valor agregado alto (no como antes, que el valor agregado era solo un 10%); pero ha ido cambiando, poco a poco su modelo, de uno totalmente dirigido a las exportaciones a otro donde el consumo y la inversión en Infraestructura (70 billones en el 2019) juegan un rol preponderante. El valor añadido de Estados Unidos, dada la distancia, en los productos asiáticos es apenas de 9%. En caso de que se pudiera enviar desde el Caribe (República Dominicana y Cuba, esta última no tiene relaciones con Estados Unidos) podría aumentarlo considerablemente.
La China ha utilizado parte de la inversión en la creación de varios megapuertos en puntos neurálgicos y estratégicos. Este país es fundamental en este mundo sacudido por la confluencia de las tres grandes revoluciones: la Tecnológica, la Globalización y la Gerencial, para la República Dominicana y otros países de América Latina.
La importancia de China en el comercio internacional se hace más compleja por los efectos de la Revolución Tecnológica y Gerencial. La Tecnológica permitió la creación de lo que se denomina, Computación en las Nubes, que permite guardar, prácticamente, todos los datos que se han producido desde el mismo inicio de la humanidad y, lo más importante es que el precio de almacenamiento es igual para las pequeñas y grandes compañías. Y dado la gran oferta, este precio se ha hecho cada vez más bajo, lo que ha roto la barrera de entrada, creando una competencia feroz entre todas las compañías sin importar su tamaño.
¿Cuál ha sido el resultado de esto?: que los negocios con gran grado de certidumbre han bajado sus inventarios de aproximadamente 20 días a 4 días y esto crea una ventaja económica para las naciones más cercanas a Estados Unidos.