En 1973 Juan Bosch fundó el Partido de la Liberación Dominicana (PLD). Con su visión de justicia social, esta organización enfrentó a Joaquín Balaguer.
Paradójicamente, en 1996 Balaguer decidió apoyar a Leonel Fernández, candidato del PLD y quien sostenía que la corrupción en el Estado era de unos 30 mil millones de pesos anuales.
En el 2000, los morados salieron del poder. El pueblo se disgustó por la petulancia y ambición de los seguidores de Juan Bosch.
Sin embargo, los desaciertos del PRD hicieron que Leonel Fernández retornara al poder.
Desde el 2004 hasta la fecha, el PLD se ha mantenido al frente del Estado.
Sin embargo, aunque ha logrado estabilidad en la economía al mismo tiempo ha producido un aumento irritante de la corrupción.
Se ha visto en el enriquecimiento de sus dirigentes (un solo de sus miembros se ha declarado con más de tres mil millones de pesos dominicanos), en la firma de contratos ilícitos, en lo del PEME, en la nominilla, la sobrevaloración de compras y contrataciones, los aviones Super Tucanos, el desvío de recursos (Verizon, bonos soberanos, presa de Monte Grande y Petrocaribe) y el SunLand.
Aparte del enriquecimiento personal, los peledeístas han sacrificado las arcas del Estado para mantenerse en el poder.
En el 2012 Leonel Fernández invirtió cuantiosos recursos para garantizar el triunfo de Danilo Medina. Fue para evitar el sometimiento a la Justicia.
Esto forzó a una reforma fiscal para salir del déficit fiscal creado.
Con Danilo Medina, el pueblo pensó que se controlaría la corrupción.
Pero hoy Odebrechet desnuda más al PLD.
Ahora connotados dirigentes morados están en la cárcel mientras se produce una movilización social condenando la corrupción, las gestiones moradas y pidiendo definitivamente la renuncia de Danilo Medina.