Por fomentar la creación de puestos de trabajo en 26 provincias (192 mil por ahora) y atraer inversiones y tecnologías con bajo costo para el Estado, la continua apertura de parques industriales de tratamiento fiscal especial amplía los horizontes en materia de ingresos a hombres y mujeres en empresas en las que sus destrezas ocupacionales, por elementales que resulten, suman contenido al crecimiento y desarrollo económico.
Estrategia para masas sociales que ya antes abrió camino hacia niveles productivos excepcionales y modélicos a países de Asia que hoy son ricos. Por algún lado había que avanzar. Las zonas francas dominicanas comenzaron con hilos y agujas para el vestir del Primer Mundo y hoy debe contarse con ellas para suministros de elevado valor agregado con habanos de alcurnia sobresalientemente exportados, dispositivos médicos y piezas para el amplio y creciente renglón electrónico, además de calzados muy demandados en otras latitudes, superando otros orígenes.
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El 35% de los asalariados contratados originalmente como operarios de bajo nivel hoy son de categorías técnicas y profesionales, unas condiciones mejor pagadas que les sirven para toda la vida, dentro y fuera del país.
A partir de extender hacia fuera de los parques las facilidades para instalarse, los centros de llamada (call center) aparecen por doquier con mejores ingresos para jóvenes y adultos por el dominio de idiomas, versátil importación de empleos US$ socialmente beneficiosa.