Desde el principio hasta el final es una tensión permanente. Esta película está ambientada en la ciudad de Chicago, en los Estados Unidos del 1956, capital y asentamiento durante esa terrible época de la mafia (mafia irlandesa) y en donde esta joya del llamado 7mo. Arte nos atrapa de una manera si se quiere hasta inusual y asombrosa.
Tiene una hora y 40 minutos de duración. Es protagonizada por Mark Rylance y seguido con papeles estelares de Zoey Deutch, Dylan O’Brien, Johnny Flynn, Simon Russell Beale, Nikki Amuka-Bird y Alan Mehdizadeh, actores de primera línea que unidos todos y con una maestría descomunal se conjugan para hacernos presa-cómplices de nuestros nervios, y así de esta manera y según vayan pasando los minutos, robarnos en un solo instante toda la tranquilidad posible.
Fue filmada en Inglaterra. Es una de esas películas en donde a medida que pasa el tiempo el televidente y como envuelto dentro de una magia silenciosa, aumenta nuestra ansiedad por saber qué pasará en la siguiente escena. Así transcurre hasta que la misma llega a su final; pero no un final cualquiera, sino un tipo de final de esos que el telespectador espera.
El encantamiento de esta joya, es que en ese tiempo durante el cual los televidentes nos ponemos cómodos para verla, podemos observar algo que por la interesante trama (la cual no les contaré), a veces ni siquiera nos damos cuenta de que las escenas que se suceden una tras otra se desarrollan en un 99.9 por ciento en una maltrecha habitación que sirve de taller de costura y confección de trajes a Leonard Burling (Mark Rylance), y el cual durante un tiempo relativamente largo, teje una venganza a la perfección contra quienes mataron a su única hija y su esposa.
Uno de los elementos más estupendos, es que los diálogos entre uno y otros personajes sobrecargados de ideas macabras dentro del bajo mundo de la delincuencia, resultan cortantes. Aquí los diálogos son lineales y con unas conclusiones en cada conversación de sus diferentes personajes, asombrosos.
Es una película muy, pero muy psicológica en donde confluyen una serie de factores que hacen necesaria la absoluta atención para no perder el hilo conductor de cada uno de los detalles en cuestión.
Dicha producción comenzó a rodarse el 5 de marzo del 2021, con una trama sustentada sobre el drama y el crimen. Es una película que más que todo se la recomendamos a nuestra clase política nacional, no para que aprendan del crimen y las sustentabilidad del bajo mundo, no, estos deben verlas para aprender entre otras cosas, las técnicas de la manipulación, la paciencia, saber poner en práctica nuestra inteligencia emocional, pero más que todo, interiorizar en nuestra psiquis, que vale más la satisfacción de nuestros deseos por llegar a la consumación de lo que perseguimos, que aquello que solo se encuentra ante nuestros pasos para estropearnos la marcha. Sencillamente, estupenda película. La recomiendo.