La escogencia del presidente o presidenta del Senado que regirá durante un año el trabajo institucional, administrativo y protocolar de la cámara alta desde el 16 de agosto, ha encendido un activismo inusitado dentro del hemiciclo, debido a posiciones encontradas surgidas en la bancada del oficialista PLD, matizada por la lucha de tendencias enfrentadas por el poder.
Una paradoja, porque el PLD ha controlado las cámaras legislativas ininterrumpidamente desde el 2006, y en el presente periodo que finaliza posee 31 de 32 senadores, de los cuales resultaron reelectos 27 de ellos, una mayoría abrumadora, según los resultados electorales.
Sin embargo, un supuesto acuerdo no escrito vigente entre el presidente Danilo Medina y el expresidente Leonel Fernández, hipotéticos cabecillas de los grupos rivales, concede el control de la cámara alta a un seguidor del actual mandatario y la Cámara de Diputados a un solidario de Fernández, que desde 2006 recayó sucesivamente en Julio César Valentín y Abel Martínez. No obstante, tanto Reynaldo Pared Pérez como Cristina Lizardo, presidentes del Senado en los últimos diez años, no pueden ser encasillados seguidores fieles de uno ni de otro.
El conflicto se calentó cuando veintitrés senadores reelectos remitieron una misiva al Comité Político, cuyo texto fue deliberadamente filtrado a los medios parcialmente, pidiendo alternabilidad en la selección de la futura máxima autoridad institucional del Senado. Charlie Mariotti, de Monte Plata, portavoz del grupo, ha explicado el contenido de su postura que, según afirma, procura estimular nuevos liderazgos.
En el ínterin, entre la Lizardo, actual presidenta, y Pared Pérez, el influyente secretario general, quienes no suscriben la carta de marras, está el favorito del CP que sesionará el 5 de julio para escoger al titular del Senado. Yomaira Medina es predilecta para la Cámara de Diputados.