La única bromelia comestible, la piña, normalmente tiene entre 30 y 40 hojas que, de no utilizarse, se convierte en simple rastrojo. Una hectárea de piña produce 220 toneladas de rastrojos cada 2 años. Varias empresas están utilizando las hojas de piña para producir una tela caracterizada por ser liviana y rígida al mismo tiempo; con una apariencia transparente y una textura suave como la seda.
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Las empresas que procesan las hojas, una vez extraídas las fibras, la biomasa restante la emplean para fabricar fertilizantes. Estas agroindustrias trabajan con materiales sostenibles y biodegradables, pero sobre todo amigables con el medio ambiente. El tejido que proviene de las hojas de la piña es utilizado para confeccionar calzados, accesorios de decoración, carteras, chaquetas, guantes, etc.
Costa Rica, que satisface el 12% del mercado mundial de piña, cultivando 40,000 hectáreas, está instalando una textilería. República Dominicana debería pensar igual.