Washington. El tren Amtrak que descarriló el lunes al sur de Seattle viajaba 80 kilómetros por hora (50 millas por hora) por encima del límite de velocidad cuando descarriló en un paso elevado al sur de Seattle. Varios vagones se vieron arrojados a la autopista que pasaba debajo y al menos tres personas murieron.
Los datos de la caja negra situada en la locomotora trasera indican que el convoy viajaba a 128 kmh (80 millas por hora) en un tramo de 48 kmh (30 millas por hora), según indicó en una conferencia de prensa Bella Dinh-Zarr, miembro de la junta de la Oficina de Seguridad Nacional de Transportes.
Varios vagones quedaron amontonados unos contra otros, y otro quedó colgado en precario equilibrio sobre la carretera.
Tras el siniestro, los heridos pedían ayuda mientras rescatistas _incluidas personas que iban en coche a trabajar por la mañana_ acudían a ayudar. Una de las pasajeras del tren era Emma Shafer, que se encontró en un ángulo de 45 grados mirando a los asientos de delante, que se habían soltado y dado vueltas dentro del vagón.
“Tras el accidente en sí hubo un silencio extraño”, dijo Shafer. “Entonces empezó a gritar gente porque tenía la pierna destrozada (…) No sé si llegué a oír las sirenas, pero estaban ahí. Un tipo dijo ’Hola, soy Robert. Vamos a sacarles de aquí”.
Aún se desconoce qué provocó el descarrilamiento y “es demasiado pronto para decir” por qué el tren viajaba tan deprisa, indicó Dinh-Zarra.
En su comunicado, el FBI dijo que la policía local había sido la primera en llegar y no había información que sugiriera “un riesgo aumentado para los vecinos de Washington”.
La velocidad máxima permitida en la vía baja de 127 kmh (79 millas por hora) a 48 kmh (30 millas por hora) justo antes de una curva para cruzar la Interestatal 5, que es donde se salió el tren de la vía, según una tabla preparada por el Departamento de Transportes del Estado de Washington.
La tabla, con fecha del 7 de febrero, se envió a la Administración Federal de Ferrocarriles antes de la apertura de un servicio de pasajeros por una nueva ruta que reduce en 10 minutos el viaje entre Seattle y Portland, Oregon.