J. Luis Rojas 
J. LUIS ROJAS.
Más allá de los cuestionamientos profundos y superficiales que muchos hacen a la calidad y veracidad de los contenidos que millones de internautas elaboran y difunden de manera continua a través de las distintas redes sociales, es importante que los que tienen bajo su responsabilidad liderar el presente y futuro de las empresas e instituciones actuales, dediquen tiempo y espacio para analizar y comprender el nivel de influencia que ejercen estas plataformas tecnológicas en la forma de pensar, decir, percibir, actuar, relacionarse y opinar en importantes segmentos de los grupos humanos. Ante el inevitable auge de las redes sociales, lo más lógico es aprender a convivir sanamente con ellas.
Todavía son muchos los directivos, ejecutivos y gerentes de empresas e instituciones que no asimilan el poder persuasivo y movilizador que producen las redes sociales en los distintos grupos humanos del presente siglo, de manera preponderante en los que integran las denominadas comunidades de los milenios y la Generación Z. Es una ingenuidad irracional obviar el nivel de aceptación y uso que tienen las redes sociales. En muchos países del mundo, el auge alcanzado en los últimos años por estas herramientas interactivas es tan evidente, que el rol que siempre han tenido los medios tradicionales de comunicación, ha sido relegado a un segundo plano. Hoy, no es inteligente gestionar las organizaciones al margen del poder comunicacional que caracterizan a las redes sociales, las cuales poseen la capacidad que han perdido los medios tradicionales de comunicación, relativa a movilizar a grandes grupos de personas en torno a determinadas ideas, hechos y proyectos.
