El valor de la imagen.Liderazgo transformacional

El valor  de la imagen.Liderazgo transformacional

La sociedad dominicana tiene muchos años reclamando cambios profundos en todos los órdenes. Por ejemplo: en la justicia, en lo legislativo, en la calidad de la educación, en la eficacia del sistema de salud pública, en el transporte, en la protección del medioambiente, en la seguridad ciudadana, en el sistema energético, en la seguridad social, en la pobreza, la erradicación de la corrupción y la impunidad, en la creación de empleos dignos y decentes, y un largo etcétera.

Los pequeños, medianos y grandes cambios que está demandando por todas partes la sociedad, solo podrán llevarse a cabo cuando surja un nuevo liderazgo transformacional. ¿Dónde están los aportes significativos que ha realizado el liderazgo político, empresarial, laboral, profesional, académico y social a la sociedad dominicana? A juzgar por los efectos de los hechos de ayer y de hoy, podría afirmarse que han faltado hombres y mujeres que lideren los cambios parciales y totales que habrán de situar la República Dominicana, tanto en el mediano como en el largo plazo, en la ruta del progreso integral, sostenible y equitativo.


En pocas palabras, han faltado y faltan líderes transformacionales con valores, visión, determinación y coraje para planificar, ejecutar y controlar el modelo de desarrollo económico, político y social de la sociedad dominicana que se desea para los próximos veinte años. ¿Tendrá que venir una nueva generación de líderes a definir el modelo de desarrollo tomando como punto de referencia las ventajas competitivas y comparativas que tiene el país? La carencia de valores, la falta de visión de futuro, el amor a las cosas materiales y el desapego al bien común, son parte de las limitaciones que limitan al liderazgo dominicano actual para pensar y aplicar los cambios profundos que necesita la sociedad dominicana.


Hay que formar hoy el liderazgo que abordará mañana los obstáculos políticos, económicos, estructurales, mentales, culturales e ideológicos, que han frenado el desarrollo sostenible, equitativo, inclusivo y centrado en el desarrollo humano de la sociedad dominicana. El liderazgo que habrá de transformar la República Dominicana, en un lugar decente, digno, con oportunidades para todos sus ciudadanos, con mecanismos eficientes para sancionar a los que incurren en acciones ilícitas, deberá ser ciento por ciento diferente al que tiene muchos años controlando y diciendo inadecuadamente.

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