J. Luis Rojas 
J. LUIS ROJAS.
Las empresas e instituciones que han decidido invertir tiempo y dinero en establecer mecanismos eficientes que faciliten dar seguimiento y evaluar cualitativa y cuantitativamente la convivencia que se produce de manera continua entre sus colaboradores internos, sin dudas, siempre serán las más proclives a crear y mantener climas laborales sanos, productivos, colaborativos y creativos. La convivencia laboral sincera y transparente previene conflictos y fomenta la comunicación asertiva.
Innumerables estudios de climas laborales coinciden en afirmar que en las organizaciones donde existe convivencia laboral, se reducen las causas que provocan conflictos y disminuyen los factores que afectan la gestión de los procesos. Pese al valor agregado de la convivencia al desempeño laboral, muchos directivos, ejecutivos y gerentes todavía no la visualizan como medio para armonizar y articular intereses y aspiraciones. La ausencia de convivencia fluida y sincera entre los que laboran en una empresa o institución, representa un factor de riesgo para su productividad y competitividad.
Sin dudas, la convivencia laboral sana es un factor clave para que las empresas e instituciones puedan alcanzar logros tangibles e intangibles sostenibles y rentables. La sana convivencia ayuda a crear armonía, confianza, cooperación y empoderamiento en los entornos laborales. Las organizaciones gestionadas por líderes tóxicos, narcisistas, bipolares, excluyentes, inseguros y paranoicos, no tienen la más mínima posibilidad de instaurar las condiciones necesarias para que en su interior fluyan la convivencia y las interacciones sanas. La convivencia puede evitar que un malentendido termine afectando la marcha del trabajo. Las organizaciones que vigilan, fomentan y controlan la convivencia sana entre su talento humano, figuran entre las más admiradas y son las que tienen pocos conflictos laborales.
