El marco referencial de muchos comunicadores sociales y periodistas dominicanos en torno al quehacer estratégico de las relaciones públicas es confuso, superficial y corto, ya que cada vez que se refieren al periodismo independiente, objetivo y responsable, lo hacen en detrimento de la reputación y credibilidad de las relaciones públicas.
Su fatal ignorancia acerca del rol social, gubernamental y corporativo de estas es tan grande y obvio que con frecuencia suelen asociarlo a la práctica de mentir, ocultar la realidad y a la de limpiar imagen pública sucia.
El falso relato concerniente a que las relaciones públicas son un medio para tapar lo mal hecho y defender lo indefendible, solo puede ser secundado y legitimado por ignorantes a quienes no les interesa conocer el cuerpo teórico de las relaciones públicas, el que en gran medida proviene de los esfuerzos y reflexiones de Ivy Lee y Edward L. Bernays, considerados como sus padres práctico y teórico respectivamente. En el ámbito de las relaciones públicas, al igual que en otras áreas profesionales, también han existido, existen y existirán personas carentes de ética y escrúpulos, capaces de vender sus almas y principios al mismísimo diablo a cambio de dinero.
¿A cuáles relaciones públicas se refieren los que de manera consciente o inconsciente confunden el rol de estas con el de la posverdad? A los que tienen un limitado referente del quehacer estratégico de las relaciones públicas del presente siglo, se les recuerda que estas desarrollan diferentes funciones, tales como:
• Construir puentes entre las organizaciones y los ciudadanos.
• Recomendar a los líderes políticos, empresariales y sociales hacer y decir lo correcto siempre.
• Planificar, ejecutar y controlar políticas, objetivos, estrategias y actividades que contribuyan a humanizar las organizaciones.
• Emplean el poder persuasivo de los medios de comunicación masiva para orientar a las audiencias.
• Crear y desarrollar acciones sanas y sostenibles para establecer y mantener relaciones ganar-ganar entre las organizaciones y sus grupos estratégicos y de interés.
• Diseñar e implementar estrategias que faciliten articular los intereses de las organizaciones y los de sus grupos relacionados.
• Gestionar adecuadamente la coherencia entre lo que piensan, deciden, hacen y dicen las organizaciones.