Lo que menos se necesita en un ambiente caracterizado por la tensión, la pasión, la presión social y la lucha de intereses políticos y económicos, entre dos países que comparten una misma isla, es utilizar el poder persuasivo de los medios masivos de comunicación para crear ruidos en el necesario y continuo proceso de comunicación que debe existir siempre entre las autoridades que conducen las riendas de ambos territorios. Hoy, la presencia y el buen uso de la comunicación asertiva en la frontera dominico/haitiana, es imprescindible.
En este mundo globalizado, donde la presencia física de las fronteras es cada vez menos inexistente, los conflictos entre países se resuelven mediante las relaciones diplomáticas y el establecimiento y cumplimiento de acuerdos multilaterales. Sin dudas, la comunicación asertiva y trasparente es el medio idóneo para prevenir las controversias y facilitar el establecimiento de relaciones sostenibles del tipo ganar-ganar, entre dos pueblos que se necesitan mutuamente para poder vivir en armonía.
Carece de objetividad vestirse de ingenuidad y cubrirse los ojos con lentes oscuros para no reconocer y ver que el cacareado crecimiento de la economía dominicana, es vinculante con la presencia legal e ilegal del talento humano haitiano en los campos y barrios de esta parte de la isla. La realidad es que Estados Unidos y Haití representan los dos países de mayor peso como destino de las exportaciones dominicanas, las cuales concentran el 59.5% del valor de las exportaciones de bienes locales. Las extremidades inferiores y superiores de los trabajadores inmigrantes haitianos inciden directamente en el desarrollo del sector agropecuario, turístico y de la construcción de el país. La bonanza de la economía dominicana y la estabilidad social del pueblo haitiano, dependen de una comunicación sincera, trasparente y efectiva.