Mientras más crece el interés de los ciudadanos por monitorear el comportamiento ético, transparente y solidario de las empresas, más trascendental y estratégico será el rol de las relaciones públicas.
Cada vez son más los medios que tienen a su alcance los ciudadanos para evaluar la pertinencia de la obra social de las empresas.
En este marco, los profesionales de las relaciones públicas deberían ser los primeros responsables en diseñar e implementar estrategias y acciones que ayuden a las organizaciones a obtener y a mantener la licencia o permiso social.
En República Dominicana, al igual que en muchos países de América Latina, crecen las expectativas y la vigilancia ciudadana en torno al comportamiento ético, responsable y social que deben asumir las empresas, tanto dentro como fuera de los contextos en los que realizan sus diferentes operaciones.
Hoy no es suficiente con que las empresas digan que son ciudadanos socialmente responsables, hay que demostrarlo con hechos y resultados medibles.
Los ciudadanos de hoy prefieren relacionarse mayormente con aquellas empresas que desarrollan acciones sociales sostenibles, pretendiendo con ello crear y mantener sinergia con las comunidades y otros grupos de interés. Es, pues, en este marco que la licencia o permiso social permite crear vínculos colaborativos entre las operaciones de las empresas y las expectativas de los ciudadanos.
El reconocimiento sincero a las decisiones y actuaciones de las empresas, por parte de los ciudadanos, es una meta cualitativa que no se logra solo con el cumplimiento legal establecido y con un flujo continuo de informaciones falsas.