El valor de la imagen. Ignorar la comunicación

El valor de la imagen. Ignorar la comunicación

José Luis Rojas.

El presente siglo se caracteriza por el surgimiento de acontecimientos trascendentales, cuyos efectos impactan negativa o positivamente lo social, lo político, lo económico, lo cultural y lo medioambiental. Por ejemplo, reducción drástica del monopolio de la información, incremento de la democratización de los medios de comunicación, empoderamiento ciudadano de los procesos que inciden en la calidad de vida y el surgimiento de la generación del milenio, la que cada vez tiene mayor incidencia en el comportamiento de los mercados y, por demás, no cree en cuentos de hada.
En el entorno competitivo actual, lo peor que le pude suceder a una empresa e institución es que sus directivos, ejecutivos y gerentes ignoren el valor estratégico y transversal de la comunicación. Todavía son muchas las organizaciones que gestionan su comunicación interna y externa desde la mirada reactiva. Es decir, conciben la comunicación como un medio para salir momentáneamente de determinadas crisis. Hoy más que ayer, la comunicación profesional, ética y responsable es uno de los ejes principales para asegurar la sostenibilidad de la reputación, de la credibilidad, de la confianza y de la imagen pública. Los líderes de las empresas e instituciones incurren en un grave error cuando, ya sea por ignorancia o por intereses malsanos, designan a mitómanos para que supuestamente gestionen la comunicación dentro y fuera de sus organizaciones. Los que hoy irrespetan e ignoran el valor humano, estratégico y ético de la comunicación, siempre creen que pagando grandes cantidades de dinero a determinados “carteles periodísticos” para que ayuden a encubrir verdades y a fabricar realidades ficticias.
Ignorar hoy la gestión profesional y efectiva de la comunicación, trae consigo consecuencias que impactan negativamente la reputación, la credibilidad, la confianza y la imagen pública.

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