En términos prácticos, Tercer Mundo es el conjunto de países menos desarrollados económica y socialmente. En este sentido, más allá de lo que al respecto ha dicho el economista francés Alfred Sauvy (1952), el concepto Tercer Mundo se aplica a los pueblos cuyo desarrollos económico depende de los países más industrializados.
En fin, el Tercer Mundo es un contexto socioeconómico complejo, en el que pululan la pobreza, la inequidad, la corrupción, la impunidad, el analfabetismo, la delincuencia, las carencias hospitalarias y de salud pública, las viviendas y servicios sanitarios precarios y baja expectativa de vida.
Son muchos y variados los motivos que han hecho posible la existencia del Tercer Mundo. Por ejemplo, vivir al margen de un sistema de consecuencias, educación sin calidad, visión individualista de los líderes políticos, empresariales, sociales, profesionales y académicos, así como poseer un sistema judicial inoperante, irrespetar la institucionalidad, fomentar el “sálvese quien pueda” como cultura de vida y crear pobreza para conseguir poder político y económico. Otras causas del Tercer Mundo son las siguientes:
• La mayoría de los lideres políticos, empresariales, sociales, profesionales y académicos llevan en su ADN los síntomas de la megalomanía: soberbia, egolatría, verborragia, distanciamiento de la realidad, indiferencia ante el sufrimiento que padecen los demás.
• Los gobernantes, en su afán de motivar a los ciudadanos para que los elijan administradores de las agencias públicas y de sus respectivos presupuestos, se exhiben como seres humanos extremadamente humildes, cercanos, solidarios, incluyentes y fieles defensores de las leyes y de la diversidad. Tras su elección, olvidan e incumplen la mayoría de sus promesas.
• Un segmento importante de los empleadores se empeña en explicar y justificar sus razones para pagar bajos salarios a sus trabajadores. No entienden el impacto positivo de crear empleos dignos y decentes, tanto para la productividad y rentabilidad de sus negocios, como para la calidad de vida de sus empleados.
• La mayoría de los ciudadanos, sin importar su estatus socioeconómico, deciden y actúan al margen de las normas y las leyes establecidas.
• Desconocimiento del significado de los símbolos e irrespeto a la esencia del Estado de derecho.
• El liderazgo académico gestiona las universidades desde la lógica del costo/beneficio.