Los impulsores que inciden en los cambios del entorno competitivo actual son rápidos, amplios, profundos y variados. Por ejemplo: presencia de la digitación, velocidad de las tecnologías de la información, uso de la inteligencia artificial, estilos novedosos de liderazgo, impacto de la gerencia sistémica y colaborativa, uso racional de los recursos naturales no renovables, nuevas formas de colaboración y vinculación, distintas alternativas para garantizar la gobernabilidad y el respeto absoluto a las leyes. La correcta aplicación de las leyes sustantivas y objetivas es la vía más segura y confiable para que cualquier tipo de desarrollo sea amigable y sostenible.
Cuando los ciudadanos de un país, sin importar su procedencia socioeconómica, su nivel educativo, su influencia política y el tamaño de su fortuna económica, deciden y se comprometen a conocer y respetar en cada momento, circunstancia y lugar las disposiciones establecidas en la Constitución y en las leyes adjetivas, con las que se pretende normar sus conductas individuales y colectivas, es, sin dudas, la mejor y más confiable decisión para crear y mantener relaciones sociales, económicas, políticas, laborales sanas y un clima de negocios sostenible, así como un Estado de derecho garante del bienestar común
Respetar la Constitución y las leyes es la vía más corta y segura para facilitar que las instituciones funcionen a favor del bienestar común. En este orden, se ha comprobado que en los países donde el conocimiento y respeto a la Carta Magna y a las leyes adjetivas, se asumen como ejes estratégicos y transversales de desarrollo, sus ciudadanos son más prósperos, más felices, se sienten más seguros y dicen sentirse orgullosos del desempeño gerencial que realizan los organismos que tienen como misión gestionar los componentes directos e indirectos de sus respectivos sistemas judiciales.