Es recomendable vincular el autocuidado con la educación en temas de salud integral, en la adquisición de buenos hábitos, la prevención de la salud
Conocido con varios nombres, el autocuidado como práctica individual de ser amable con uno mismo, ha sido uno de los principales intereses de la Organización Mundial de la Salud (OMS) por su repercusión con respecto a la calidad de vida. Aunque se conoce desde hace mucho tiempo, este concepto se definió por primera vez en el año 1983, por la brillante enfermera Dorothea Orem como “aquellas actividades que realizan los individuos, las familias o las comunidades, con el propósito de promover la salud, prevenir la enfermedad, limitarla cuando existe o restablecerla cuando sea necesario”.
Esta idea llevó a la creación del Día Internacional del Autocuidado, el cual se conmemora cada 24 de julio, fecha que marca la importancia de estar atento a la propia salud y cuidarse las 24 horas del día, los 7 días de la semana, desde una actitud consciente, activa y responsable.
En vista de esta importante actividad, debemos vincular el autocuidado con la educación en temas de salud integral, la adquisición de buenos hábitos, la prevención de la salud, y el desarrollo de estrategias para que el individuo logre alcanzar su bienestar físico y emocional, dado que los cuidados que una persona pueda proporcionarse a sí misma repercuten positivamente en el estado y la conservación de su salud convirtiéndose en la protagonista principal de su propio cuidado.
Para animarnos a ejecutar cabalmente esta acción, ¡qué tal si luego de concluir esta lectura, hacemos una especie de repaso a la lista de nuestras actividades cotidianas, verificando el contenido de la misma para identificar cada uno de los aspectos y áreas de la vida personal, familiar y laboral, qué involucra y qué no, la proporción que abarcan en ellas, el tiempo y la energía que nos puede demandar a diario hacerlas?
Preguntas frecuentes
¿Cuáles son los beneficios a corto, mediano y largo plazo luego de iniciar un plan de autocuidado?
El fortalecimiento de la autoestima; la capacidad de adaptación y generación de respuestas para afrontar situaciones de estrés negativo; el desarrollo de una actitud optimista y realista; mayor productividad y rendimiento en las actividades a desarrollar y una mejor calidad de vida.
¿Qué pasos usted recomienda para impulsar el autocuidado?
Identificar lo que le representa plenitud y ha dejado de hacer; establecer un plazo para retomarlo; preguntarse ¿Qué necesito para poder sostener esta actividad que he retomado?, para que pueda ser sostenida en el tiempo. Solicitar apoyo de un profesional de la salud o de la conducta humana al momento de identificar las limitaciones que le coartan para tomar la iniciativa; planificar desde el inicio, metas pequeñas y alcanzables con la finalidad de que juntas permitan lograr la gran meta final. Verificar qué necesita para cumplir con las metas trazadas; revisar periódicamente los objetivos planteados y comprobar el nivel de realización de estos permitirá ver que tan cerca o no esta la meta final permitiendo que la motivación se conserve, generando así que el autocuidado se integre dentro de las actividades propias del día a día.
Glosario médico
El autocuidado según la autora del tema, Dorothea Orem
Es el conjunto de acciones concretas, dirigidas por las personas hacia sí mismas, para regular los factores que afecten su propio desarrollo y funcionamiento en función de su salud y bienestar”.