CIUDAD DEL VATICANO. El papa Francisco inició el domingo las solemnes ceremonias de Semana Santa, por segundo año consecutivo sin las multitudes habituales de peregrinos y turistas debido a las medidas de seguridad y restricciones de desplazamientos provocadas por la pandemia.
Francisco suele liderar una procesión del Domingo de Ramos por la Plaza de San Pedro y después celebrar una misa al aire libre para decenas de miles de fieles.
Sin embargo, este año la misa se celebró en el interior de la Basílica de San Pedro, como la pasada primavera.
Eso fue semanas después de que la pandemia del COVID-19 estallara en Italia, el primer país occidental golpeado por el virus.
Apenas unos 120 fieles, incluidas monjas y unas pocas familias, asistieron al rito con distanciamiento social. Llevaban mascarillas, al igual que los participantes en la procesión de 30 cardenales ataviados con ropas rojas. Francisco no llevaba mascarilla.