“Subirlo” todo a las redes sociales, donde luego no hay forma de borrarlo o hacerlo desaparecer, ha provocado más de un disgusto a figuras públicas, artistas y políticos, que sin embargo no acaban de aprender la lección, confirmando aquello de que el hombre es el único animal sobre la tierra que tropieza dos veces con la misma piedra.
Un buen ejemplo, por ser el más reciente, lo es el director del Fondo para el Desarrollo Agropecuario (FEDA), Ecmilio Galván, quien en estos días aparece en un vídeo conduciendo un vehículo mientras consume alcohol junto a un grupo de amigos que lo acompañan.
Ante la lluvia de críticas que recibió como consecuencia de su poco edificante comportamiento, el joven funcionario se vio forzado a aclarar, a través de su cuenta de twitter, que se trata de un vídeo viejo, grabado hace seis años, cuando a lo mejor ni siquiera pensaba que alguna vez tendría una responsabilidad pública que lo haría arrepentirse de su imprudencia.
”El vídeo que han puesto a circular en el que aparezco con unos amigos fue en la Navidad del 2016, después de concluir la fiesta de mi trabajo. Fue un error de ese momento”.
Pero ese error del momento lo perseguirá, como acaba de darse cuenta, durante toda su vida luego de que alguien, con evidente mala fe, lo puso a circular, por lo que ahí tiene otra lección que aprender si piensa seguir en las lides políticas: cuando tienes algo que tanta gente desea como un cargo público, no puedes confiar ni en tu sombra porque puede traicionarte al menor descuido.
Como dudo mucho que con su aclaración consiga reparar el daño que le ocasionó ese vídeo a su imagen y la del gobierno al que pertenece, solo me resta recomendarle al director del FEDA que nunca olvide que lo que se sube a la nube, en la nube se queda.
Y regalarle, de ñapa, un consejo que no está en la obligación de seguir: revise bien la lista de sus amigos (y amigas), que alguien ahí no es lo que aparenta o dice ser.