El basamento del desarrollo chino se sustenta en la construcción de un “socialismo con características chinas”. De eso se trata. De una realidad china que no se puede trasplantar ni imponer en ninguna otra nación; algo muy lejos de la “sociedad comunista” mundial que, una vez, pretendieron otros partidos. China no aspira a imponer “valores” pero está determinada a hacer respetar sus propios “valores” nacionales que sí son amenazados y unos pretenden suplantar. Cada cual puede tener sus prejuicios con relación al término “comunista” o las aprehensiones que produzca la realidad china inmersa en una vorágine de desarrollo cuyo motor indiscutible ha sido la conducción de su Partido Comunista –PCCh- por cien años. Lo confrontan y cuestionan sin tratar de entender su realidad y pretenden analizarlo con la óptica de otras realidades imperfectas e inacabadas. Se declaran amenazados porque, alegan, “China es una amenaza a los valores occidentales”. ¿Quiénes atacan “valores” y cuáles?
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La próxima celebración del XX Congreso del PCCH es un momento culminante de análisis retrospectivo y prospectivo de los objetivos de la sociedad china. Es el momento álgido de su democracia, sistema que no tiene nada que ver con el funcionamiento “democrático” occidental del que los chinos no quieren asimilar sus defectos y limitaciones. Los aspectos positivos occidentales podrán servir de orientación en el desarrollo y perfeccionamiento, siempre incompleto, del modelo chino. Pueden tomar experiencias, pero siempre para aplicarlas en la realidad idiosincrática e histórica nacional sin copiar ni replicar. Si las verdades y realidades chinas no son valoradas en Occidente es decisión de cada cual, como es una potestad soberana de China, y cualquier país, dotarse de lo que entiendan es mejor modelo. Un objetivo esencial del Congreso: perfeccionamiento del modelo.
Cada cinco años, por una centuria, el PCCh celebra su Congreso y en la venidera versión XX analizarán las tareas por delante para avanzar hacia metas históricas de un partido invicto en su derrotero que, con una militancia de más de 90 miembros, la más grande del mundo, ha logrado levantar en tiempo extraordinariamente breve una majestuosa sociedad, llegando en solo 40 años los que otras han necesitado 200.
El XX Congreso designará su dirigencia, renovará sus órganos directivos: el Comité Central, el Buró Político, el Comité Permanente del Buró Político de siete miembros, núcleo del poder político. Se rejuvenecerá al PCCh y el modelo socio-económico propio hacia el objetivo de una sociedad socialista “moderna, próspera, fuerte, democrática” y avanzada.