Washington. AP
La Casa Blanca anunció ayer que sus funcionarios “determinarán” qué medios de comunicación pueden cubrir regularmente al presidente Donald Trump de cerca, lo que representa una ruptura drástica con un siglo de tradición en la que un grupo de organizaciones de noticias elegidas de manera independiente acompaña al jefe del Ejecutivo y lo cuestiona en nombre de los estadounidenses comunes.
Esta medida, junto con los argumentos que presentó el gobierno esta semana en una demanda federal que presentó AP en torno al acceso de la prensa al mandatario, representan una toma de control sin precedentes de la cobertura de la presidencia estadounidense por parte de cualquier gobierno. Los defensores de la libertad de expresión expresaron su alarma.
La secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, afirmó que los cambios rotarán a los medios tradicionales del grupo e incluirán algunos servicios de streaming. Leavitt presentó el cambio como una modernización del grupo de prensa y señaló que la medida sería más inclusiva y restauraría “el acceso de nuevo al pueblo estadounidense” que eligió a Trump. Expertos en medios de comunicación dijeron que la medida plantea problemas con la Primera Enmienda.