Parece que la vida encaminó a Elizabeth Crooke por el arte. La vena artística familiar fue notoria desde que ella era muy pequeña y ya a los 15 años formaba parte del Ballet Nacional del país.
Ahora la vida pone en sus manos la dirección del Ballet Folklórico Nacional Dominicano (BFND) y su llegada impacta: inmediatamente la institución se renueva y presenta una cara más fresca, juvenil y llena de grandes proyectos.
Su nombramiento como directora del ballet fue una sorpresa, y confiesa a ¡Alegría! que su labor en el BFND no ha sido tarea fácil, ha significado un gran reto para ella debido a su corta edad.
Pero su talento, formación y preparación, unido con la pasión, el amor y el patriotismo, la han llevado a hacer un buen trabajo, pese al temor que la embargó a la hora de asumir el cargo.
“Cuando me dieron el cargo no entendí el porqué, pero asumí el reto y, como era normal, tuve miedo, porque soy muy joven y sé que en ese círculo siempre esperan mucho de uno y hay quienes juzgan antes de ver tu trabajo o critican si vas a estar capacitado para eso. Doy gracias al talento del Ballet Folklórico por estar ahí siempre que lo he necesitado y creo que ha sido bueno para la compañía el empuje de alguien joven y preparado, lo que ha dado como fruto muchos cambios”, expresa la bailarina clásica contemporánea.
Con una majestuosa participación que partió desde el Festival de Azudanza en Maracaibo, Venezuela, el BFND dio pasos hacia una mayor internacionalización con la presentación del espectáculo “Somos Dominicana” en el Festival Mundial de Culturas de Drummondville 2014, celebrado en Quebec, Canadá, y en un concurso realizado por internet el país quedó dentro de los cinco mejores entre los más de cuarenta grupos folklóricos de diferentes países que participaron en este certamen.
Gran satisfacción se llevó el ballet dominicano cuando fue invitado por primera vez a participar en el famoso Festival Confolens, en Francia, donde siendo el “país invitado honor”, logró contagiar con la dominicanidad hasta al alcalde de esa localidad. Es por eso que su directora dice llenarse de orgullo “porque leer en la prensa del exterior que el ballet de nosotros no tiene nada que envidiarle y está por encima de otros países, es demasiado y me hace hasta poner los pelos de punta”, confiesa Crooke a ¡Alegría!
Otro de los grandes pasos que ha dado a nivel personal, es montar la coreografía de los premios Soberano en el año 2013, experiencia que cataloga como un gran desafío, pues comenta que se debe hacer mucho en poco tiempo, aparte de que hay que trabajar con muchas personas y cuidar cada detalle que se vaya a presentar en el escenario para ese magno evento.
El ballet en la juventud. Escuchar a la juventud de hoy hablar de ballet es algo poco común y se nota cuando se realizan presentaciones y las salas son pobladas de adultos.
Elizabeth Crooke sostiene que esta situación se debe a que algunas personas han encasilladlo la palabra “ballet” solo para referirse a la danza clásica, pero aclara que “ballet es baile” y entonces, para atraer al público joven, los organizadores han recurrido a cambiar el nombre a los espectáculos para conquistar a esa población que desconoce lo amplio que es el ballet.
“Nosotros salimos a educar sobre el ballet a las calles, pero se necesita más apoyo, y ese apoyo es dinero. Porque si hay algo que debemos de hacer es llegar a ese público joven que se puede perder fácilmente. El folklore lo es todo, porque en él se canta, se baila, se actúa, se tocan todos los instrumentos, porque todo depende de la creatividad de quien dirige”, apuntó.
Crooke citó que el folklore urbano es el que está atrayendo a la juventud de hoy, pero destaca que el mismo debe ser mejor orientado estudiando otros géneros.