Elsa Cáceres y René Guzmán: Cuando la vida imita al arte

Elsa Cáceres y René Guzmán: Cuando la vida imita al arte

Por Katherine Mercedes

Hierro, cemento y marmolina para construir la base de una escultura que se levantará 4.5 metros. Resina polimérica iluminada en bronce para las dos figuras, un hombre y una mujer, que, de espaldas, entrelazan sus manos rodeando el pináculo. Y Cimientos como título para esta obra que se suma al Paseo de las Artes que ofrece la Asociación Popular de Ahorros y Préstamos (APAP) en su sede principal.

El título es más que apropiado, para la obra y para los artistas. La vida imita al arte. Una pareja joven, Elsa Cáceres y René Alejandro Guzmán, que al mismo tiempo que trabaja en la pieza, levanta los cimientos de su proyecto profesional y familiar. Los dos son artistas, arquitectos y profesores en la Escuela Nacional de Artes Visuales. Dibujan, diseñan, modelan, esculpen la obra para APAP mientras construyen el nuevo espacio para Arkés, Espacio Creativo.

¿Por qué Cimientos? Habla Elsa, más extrovertida que su compañero de profesión y de vida: “porque es lo que nos transmite la institución que nos ha encargado la obra. La vivienda, los cimientos de la vida de la familia, la fortaleza de un objetivo común”.

Puede leer: Iris Pérez Romero: Retratos de resiliencia

René Alejandro modela primero en barro las dos figuras, basadas en un concepto más clásico que la base y el pináculo, de planos más abstractos: “me inspiré en las cariátides y los atlantes, figuras de la escultura clásica griega“. Y si en la mitología griega los atlantes cargan sobre sus hombros la cúpula celeste y las cariátides son mujeres esculpidas con forma de columnas, en esta obra son pareja que se sostienen uno a otro.

Y añade: “el pináculo replica un elemento de la arquitectura del edificio de APAP, diseñado en los años 80 por el arquitecto William Reid Cabral. Es un edificio icónico, y considero que “sacar“ una de sus columnas e integrarla en la obra era una buena manera de honrar el conjunto arquitectónico.“

Con la asistencia de Johnatan Rosa Marte, aquí en funciones de herrería, pero también artista, la urdimbre de Cimientos empieza ya a cobrar forma. Los esqueletos de la base y las figuras anticipan la altura de los elementos. 2.5 metros para las formas humanas. 4.5 metros para la base y el pináculo.

APAP ha confiado en esta ocasión en unos artistas jóvenes… pero no novatos. Después de la trayectoria y madurez de las obras de Said Musa y Amaya Salazar en la primera etapa del Paseo de las Artes, Cáceres y Guzmán aportan la mirada puesta en el futuro pero con los pies en la tierra. Cimientos expresa la voluntad y el tesón, la mirada hacia arriba con una base sólida de buenas raíces.

El trabajo de estos dos artistas se puede ya valorar en varios puntos del país. Además de su participación en concursos y exposiciones, un busto de la poetisa puertorriqueña Julia de Burgos centra el Parque Pellerano en la Ciudad Colonial. Uno de sus últimos trabajos preside ya el altar del templo altagraciano en Hoyoncito, en el Seibo. En el lugar donde la leyenda ubica la entrega misteriosa del cuadro de la Virgen de Altagracia bajo un naranjo, un pequeño templo conmemora el milagro y esta Virgen de Altagracia, salida de las manos de Elsa y René, recibe al que se acerca, pues el visitante puede ver a la patrona de los dominicanos desde el exterior.

Cimientos empieza a ser una realidad. Ya no es el boceto que unos jóvenes artistas presentaron a APAP. Es un proyecto en marcha.