Es notorio en todo el país, el auge de instalaciones de estaciones para el expendio de combustible, de cualquier tipo, sea de gas natural, GLP, gasolina y diésel. La Ley 317 de fecha 10 de junio de 1972, regulaba las instalaciones para suministrar los productos de petróleo en las ciudades de Santo Domingo y Santiago, prohibiendo dichas instalaciones en avenidas principales y lugares en el cual dicho negocio, pudiese constituir un peligro para la ciudadanía.
En la actualidad, las estaciones para el expendio de combustibles han proliferado como la verdolaga y ya no se respetan las distancias entre uno y otro establecimiento. No obstante el elevado costo que implica dicho establecimiento, los empresarios no han aquilatado que con la aparición de los vehículos eléctricos, los días de la existencia de combustible de petróleo están contados.
Las extraordinarias funciones de los teléfonos móviles, tabletas o computadoras, hacen que los medios de comunicación escrita, en cualquier forma, sean periódicos, librerías, revistas, boletines y cualquier otro medio de comunicación de masas, serán severamente afectados, que muy pronto, los periódicos y libros serán digitales, lo cual se ha venido evidenciando como ha sido el cierre de librerías tan emblemáticas como La Trinitaria de Virtudes Uribe, Franklin Franco, América, Escofet Hermanos, Avante, Casa Cuello, Amengual, Thesauro, Mateca, Cervantes, La Filantrópica, entre otras como principales, ya que habían varias modestas, sobre todo las que se dedicaban a la impresión y venta de textos escolares.
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Los periódicos que han desaparecido por múltiples razones, como La Nación, La Opinión, El Siglo, Última Hora, La Noticia, El Día, no pudieron resistir el alza en el papel para su impresión. Los de amplia distribución como el Hoy, Listín Diario y El Caribe, han tenido que reducir su tamaño y su número de distribución. Ya muchos lectores han recurrido a la lectura de los diarios digitales online”.
Ahora bien, ¿Cuál será el destino de las bibliotecas? Se establecerán nuevas bibliotecas digitales, o las clásicas tendrán que adaptarse a los nuevos tiempos. Sería una lástima, que las bibliotecas nacionales de muchos países se encuentren en una situación de escogencia, o virtual o real.
Con la perfección de los teléfonos móviles, los teléfonos fijos tienden a desaparecer aceleradamente. Asimismo, con la utilización del WhatsApp, las llamadas telefónicas a larga distancia vía operadores, son solo efectuadas en las grandes corporaciones. El pueblo llano, ya se liberó con su teléfono móvil.
Hemos descrito la posibilidad cercana de que los automóviles de combustibles fósiles pasen a la retaguardia, ya que los nuevos modelos eléctricos, tarde o temprano desplazaran, pero ahora también hay el riesgo, de que el nuevo tipo de combustible sea el hidrógeno, más barato y más fácil obtener, por lo tanto, la mayoría de los automotores caerán en la obsolescencia.
Aunque todavía la crisis no ha atacado aquellos cines de alta tecnología, el cine común está al borde de la desaparición, tal y como aconteció con los negocios de alquiler de películas. Ver ahora una película en los cines de nuevo cuño es un placer que no se puede dispensar el ciudadano común. Cada día hay menos salones de espectáculos.
Un dispositivo que ya desapareció como consecuencia de los aparatos telefónicos móviles, son las cámaras fotográficas de rollos. Hoy en día, todo es digital, cosa que no entendió a tiempo Kodak o Polaroid. En un santiamén, ya solo se observan cámaras de alta gama para tomas especiales. Todo lo demás, con tu teléfono móvil.
Nuevos tiempos compadres.