En su híbrida y preciosa paisajística pictórica, Guillo Pérez materializa con singular virtuosismo su exaltado sentimiento de la naturaleza y su recóndito sentido de la tierra. Una parte notable de su producción con esta temática, marca de manera elocuente uno de los instantes más vitales de su límpida síntesis expresiva, la dinámica espacialidad y la traslúcida policromía características de una obra que le ganaría respeto ya en plena madurez creadora como colorista excepcional de la pintura latinoamericana del siglo XX…
Desde la noche del pasado miércoles 30 de noviembre, el Centro Cultural Banreservas presenta la exposición “Guillo Pérez/Centenario. Obras de la Colección Portela Bisonó”, compuesta por 25 obras, reveladoras de la asombrosa vitalidad expresiva y la excelencia estética que signan una parte sustancial de la producción pictórica total que Guillo Pérez (1923-2014) materializa a través de sus abstracciones, arrozales, marinas, gallos y fachadas arquitectónicas coloniales.
Tal como ya he advertido, Guillo Pérez impone su presencia rigurosa en el factible listado del top ten de los artistas dominicanos de la modernidad cuya obra se materializa y se proyecta como espejo identitario. Como cristalina elaboración poético-reflexiva de la naturaleza; el paisaje insular; el sentido de la tierra, la memoria emocional y nuestra polisíntesis cultural identitaria.
Entre las décadas de los 60 y 70 del siglo XX, el informalismo y la investigación de las texturas de la materia, iluminan las búsquedas estéticas esenciales de Guillo Pérez. En su recursividad pictórica de esta etapa, reinan los empastes matérico-reactivos; las superficies monocromáticas; los espacios abstraídos y los espesos juegos texturales.
Además de probarse a sí mismo como artista capaz de crear una obra personal, autosignificativa y trascendente a través de su búsqueda intuitiva de lo esencial en el cosmos, la naturaleza y el mundo fáctico, Guillo Pérez remata su práctica pictórica como elaboración metafórica especializada del turbión telúrico insular, el clima sociopolítico, el instante humano y la acrimonia existencial que afrontaría con insólita lucidez y ejemplar honestidad artística en esta etapa histórica crucial del pueblo, la nación, la democracia y la patria dominicanas.
Precisamente, la impecable eticidad de oficio e ideales estéticos es lo primero que trasciende en una serie de obras axiales del período abstracto-experimental y que conserva en su colección Juan Manuel Portela Bisonó, tales como las tituladas “Marina abstracta” (1961); “Estallido” (1965); “Abstracción l” (1965); “Abstracción ll” (1965); “Goleta” (1965) y “Coche” (1965).
Además de la búsqueda de lo esencial a través de un expresionismo abstracto que privilegia fundamentalmente el potencial energético de las texturas de la materia, tras finalizar en nuestro país la Guerra Civil o Revolución Constitucionalista de 1965, en la producción pictórica de Guillo Pérez estalla una profusa paisajística de soleada policromía, primorosa síntesis expresiva y cegadoras transparencias.
En la Colección Portela Bisonó, destacan ocho piezas ejemplares de esta temática áurea a través de la cual Guillo Pérez logra una airosa fusión de abstracción lírica y neofiguracion expresionista.
“Marina” (1969); “Tormenta” (1969); “Paisaje de Sosúa” (1969); “Vista de Nibaje” (1969), “Arrozal” (1970); “Atardecer” (1970); “Marina con Palma” (1970); “Girasoles” (1979) y “Acantilado” (1980), operan como absolutos espacios de seducción, gracias a su excelsa integridad estética y el sutil magnetismo de su traslúcida policromía.
En sus marinas, arrozales, palmares, cañaverales, ingenios azucareros, “gallos de pelea” y “gallos en el paisaje”, la sensual vitalidad que impregnan las inflexiones matéricas y los ritmos cromáticos recursivos a la superficie pictórica, desatan en el espectador el deseo irresistible de descifrar los rizomas de la magia creadora de Guillo Pérez.
Al presentar en la Sala Ada Balcácer esta selección de las obras magistrales de Guillo Pérez de la colección Portela Bisonó, el Centro Cultural Banreservas, el Banco de Reservas y Juan Manuel Portela Bisonó, cumplen a cabalidad su resuelto compromiso de revalorar y proyectar el legado trascendental de los grandes maestros de las artes plásticas y visuales dominicanas de la modernidad.
Con la organización de esta muestra-homenaje en el marco de la celebración del centenario de su nacimiento, el CCBR, reafirma el estatus de Guillo Pérez como maestro insigne y gloria del arte nacional…
“Guillo Pérez/Centenario. Obras de la Colección Portela Bisonó”, ha contado con los auspicios clave de Seguros Banreservas y la coordinación general de Mijaíl Peralta Rodríguez, director del CCRB. La espléndida instalación museográfica ha estado a cargo de Raulina Capellán y Diego Medina. El CCBR se localiza en la calle Isabel La Católica #202 de la Ciudad Colonial. La muestra se mantiene abierta hasta el 21 de enero del 2024 en horario de lunes a domingo de 9:00am a 9:00pm.