En el Día de la Madre

En el Día de la Madre

POR LEONOR ASILIS 
Hoy celebramos un gran día: El Día de la Madre. Nuestro ser especial, ese don de Dios que nos ha brindado todo su ser desde el inicio de nuestra existencia.

La mejor muestra del amor desinteresado, entregado e imperecedero.

Aquel que mejor refleja el amor de Dios ya que  el amor maternal tiene cadenas irrompibles, que ni el tiempo, la distancia, los desaciertos del destino, ni las decepciones jamás podrán romper.

Fuera de todo egoísmo el amor maternal lo entrega todo sin esperar nada a cambio.

Felicidades y agradecimiento a todas nuestras madres, que han sido instrumento divino por el cual nos han dado la vida física pero sobretodo la espiritual, ya que son ellas las primeras que nos enseñaron a rezar, hacia el encuentro con Jesús, Camino, Verdad y Vida.

Un especial reconocimiento a aquellas madres solteras que han tenido que luchar para tener a sus hijos por no contar con el apoyo de los padres u otros irresponsables que las han persuadido a realizar el horrible crimen del aborto.

Estas heroicas mujeres que si supieron decir SI a la vida, y respetar además la Ley Divina del No Matarás.

Aplaudimos también a aquellos que las han respaldado en esta difícil situación, a las instituciones y personas que trabajan por la vida como son los médicos que se niegan a cometer el aborto y a los legisladores que se oponen a que se legalice.Ahora dirigimos nuestra mirada especial a nuestra madre en la fe: María de Nazareth: la Madre de Jesús.

Ella, la Madre de todos y de cada uno en especial es digna de recibir nuestro amor y cariño por ser además nuestra Puerta del Cielo.

Así la describen muchos y con justa razón. Por Ella, Jesús vino al mundo y nos redimió para darnos el Cielo.

María, modelo de nuestras vidas es nuestra intercesora por excelencia. Aquella por quien Jesús hizo su primer milagro, pese estar fuera de tiempo. Día a día, tenemos testimonios de tu acción a favor nuestro.

Desde tu querida tierra dominicana doblemente mariana, donde eres Nuestra Patrona (María de las Mercedes) y Protectora (María de la Altagracia) te decimos con todo el corazón: FELICIDADES!!

Nos hacemos eco de una exhortación hacia la devoción a María que nos hace San Alfonso María del Ligorio:

“Jesús es mediador de justicia, María es medianera de gracia; y, según enseñan San Bernardo, San Buenaventura, San Bernardino de Sena, San Germán, San Antonino y otros, es voluntad de Dios que por manos de María sean dispensadas todas las gracias y mercedes que su bondad quiere otorgarnos. En el Divino acatamiento, los ruegos de los Santos son ruegos de amigos, pero los ruegos de María son ruegos de Madre. ¡Dichosos los que con entera confianza recurren sin cesar a esta Divina Madre!

De todas las devociones la más grata a Nuestra Señora es invocarla en todo tiempo diciéndole: ¡Oh, María! Rogad a Jesús por mí.

Así como Jesús es omnipotente por naturaleza, así lo es María por gracia; por lo cual, alcanza cuanto pide. Es imposible -escribe San Antonino- que la augusta Madre de Dios pida algo a su Hijo, en favor de sus devotos, y no sean atendidos sus ruegos. Gózase Jesús en honrar a su Madre no negándole nada de cuanto le pide”.

Finalmente, las palabras de Sor Lucia (una de las tres videntes en Fátima) nos habla de la oración que nos recomienda la Madre:

“Creo que, después de la oración litúrgica del Santo Sacrificio de la Misa, la oración del Santo Rosario, por el origen y sublimidad de las oraciones que lo componen y por los misterios de nuestra redención que recordamos y meditamos en cada decena, es la oración más agradable a Dios que podemos ofrecer y de mayor provecho para nuestras almas. Si así no fuese, Nuestra Señora no la habría recomendado con tanta insistencia.

La oración del Santo Rosario es la que más ha sido recomendada por todos los Sumos Pontífices que en los últimos siglos, sirvieron a la Iglesia”. www.statveritas.com.ar/Marianos/SorLucia-01.htm

leonor.asilis@verizon.net.do

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