Hermano hoy quiero expresar frente a todos
cuanto eres en mi vida…
me has acompañado durante mi vida
te debo mucho de lo que he aprendido
pues siempre aprendí a tu lado, (…)
Aún nos queda mucho por vivir y quiero que sepas que para tí
siempre tendré tiempo y un lugar en mi corazón que nadie lo podrá remplazar…
Serás siempre mi compañero y mi hermano y ese lugar que tienes en mi vida nadie te quitara!
Conchis (fragmento)[1]
Mi hermano Peng Kian Miguel me dedicó un artículo hace varias semanas en su columna semanal que publica ACENTO. Escribió sus reacciones al discurso que pronuncié en el almuerzo que organiza CLARO en honor a la mujer, del cual presenté la semana pasada un apretadísimo resumen de mi exposición.
Si alguien me influyó en la lectura y en la búsqueda de lo desconocido fue sin duda Peng Kian. Me deslizaba en su habitación, el único de los hermanos que tenía una habitación individual, el resto teníamos que dormir con pares. La mía fue siempre Muyien. Cuando entraba furtivamente me dedicaba a ver los libros y seleccionar los que leería. Así conocí autores que no conocía, y por supuesto, no entendía. Recuerdo esos momentos con alegría y nostalgia, porque mi amor por la lectura lo desarrollé en esa pequeña habitación que fue construida para el hermano mayor.
Durante nuestros años de hermosa y cercana hermandad, hemos tenido varias polémicas académicas. Nuestras respectivas columnas han sido testigo de estas dilucidaciones intelectuales que por lo menos a mí, me obligaron a leer y a revisar algunos textos. A veces pienso que Peng Kian es polemista por excelencia. Le gusta provocar, aunque esté de acuerdo contigo. Así pues este artículo no es el primero que me dedica para refutar algunas de mis ideas, ni tampoco, estoy segura será el último. Terminará cuando ya no tengamos fuerzas para escribir, o por lo menos cuando uno de los dos parta hacia el infinito. Y cuando nos juntemos en la nueva vida, volverán las polémicas intelectuales. De eso estoy segura.
Vamos al tema. Peng Kian Miguel nos recuerda que si bien “celebramos”, el Día Internacional de la Mujer tiene un origen doloroso: “La verdad histórica es la conmemoración de un evento trágico de la condición de la mujer trabajadora: la muerte de más de un centenar de jóvenes costureras de una fábrica de camisas en la ciudad de New York. La fecha del fatídico hecho: 25 de marzo de 1911”.
Pero el foco central de su argumento es que mi planteamiento sobre el tema de la ética no es exclusivo para las mujeres, sino también para los hombres. Con su acostumbrada ironía señala que “la relación entre la realidad del componente ético y la especificidad de la condición humana, más directamente, la condición masculina me lleva a cuestionar el propósito de mi hermana ya que tengo la impresión de que no alcanzó a explicarnos si la ética se engarza inexorablemente con la condición femenina, y si esta tiene diferencias con la condición masculina (…) ¿Qué diferencia habría en una reflexión con el título Hombre y Ética en el Día del Macho Humano?”
Destaca que él también tiene anécdotas de sus clases pues es un docente, como yo de vieja data. Hermano, si no escribes sobre tus experiencias hermosas con los estudiantes deberías hacerlo. No me critiques porque yo lo hago. Hazlo tú también. Y si quieres te ayudo a decirlo con la excesiva sensibilidad que me acusas.
Después pasa a señalar críticamente algunos de los autores citados. Afirma que él bien “podría citar autores tan vanos como Azorín, tan modernos como Savater y tan icónicos como Sócrates, Platón y Aristóteles. Pero, el grueso de la discusión gira alrededor de un pensador “maldito” como es Nicolás Maquiavelo. Los problemas de la modernidad se introdujeron en otro pensamiento que ha atentado contra la ética, como es el “Utilitarismo” de John Stuart Mills”. No te gustó que citara a Azorín, lo siento. Para mí ese librito es interesante y atractivo, pero sobre todo con un mensaje importante: la política debe hacerse sosteniéndose en la ética.
Tienes razón cuando afirmas que no hay una filosofía de la condición humana femenina. No existe. Quería aprovechar el espacio para reivindicar un compromiso con la ética y el futuro del país, una voz que criticara el utilitarismo político y la corrupción. Al respecto cito a mi hermano:
“Sin embargo, continuaría el debate si hay una filosofía de la condición femenina, como postula Mu-Kien, y yo trato de emularla, con otra filosofía de la condición masculina. Afortunadamente, por mi parte el campo de la ética y la filosofía política, como mi hermana Mu-Kien demuestra, se ha pensado “in abstracto” porque la condición masculina era la básica y primigenia, por lo que hay que descubrir la otra mitad femenina: Hanna Arendt, la filósofa de la “Condición Humana”; Simone de Beauvoir, la precursora del feminismo contemporáneo con el “Segundo Sexo”; y, para completar un trío, Victoria Camps, la más renombrada especialista en ética política, y sus “Virtudes Públicas”. Para romper el trío, tú, hermanita, completas el cuarteto para emular esta inacabada búsqueda, de la “redescubierta” condición femenina. Excelente exposición de tu condición femenina para el despertar de las conciencias de los miles de mujeres dominicanas y sus respectivos compañeros para completar la construcción de la sociedad más humana”.
Termino este Encuentro reconociendo que tienes razón, la ética trasciende el género. Hombres y mujeres deben, debemos, asumir un compromiso con la historia, el futuro y la humanidad para ver si podremos combatir esta cultura materialista, oportunista, negadora de la condición humana, violadora de derechos y deberes, irrespetuosa de la ley, en fin, de esta sociedad que auspicia el egoísmo y la individualidad en su máxima expresión.