En Galería de Arte La Colección ¡Homenaje al maestro Guillo Pérez!

En Galería de Arte La Colección ¡Homenaje al maestro Guillo Pérez!

 Arte Contemporáneo

Aun después de su partida física, la mañana del domingo 9 de marzo del presente año, el maestro Guillo Pérez sigue acopiando honores y reconocimientos merecidos. Entre los más recientes destacan la entrega (post mortem) del Premio Nacional de Artes Plásticas correspondiente al 2013 y concedido por el Ministerio de Cultura en igual “categoría” a Soucy de Pellerano (1928-2014), gran educadora y pionera de la experimentación estética en Santo Domingo.

Asimismo, desde la noche del pasado miércoles 10 de julio, La Colección Galería de Arte, ubicada en la Plaza Spring Center, Arroyo Hondo, le tributa un “Gran Homenaje al Maestro Guillo Pérez” con la presentación de una importante exposición (87 obras) que nos permite el recorrido de su dilatada trayectoria artística y su vasta producción pictórica, incluyendo su etapa “iniciática” de principios de la década de 1950; su período creativo rotundamente abstracto de los años 60 y 70; su “Constructivismo Antillano” de las décadas de 1980 y 1990 hasta llegar a una serie de trabajos en pequeños formatos que testimonian la genialidad, frescura y lucidez que mantuvo Guillo Pérez en sus últimos momentos de actividad creadora.

Con las mínimas excepciones de lugar, la mayoría de las pinturas que La Colección presenta en esta magna y oportuna exhibición merecen su justa consideración como verdaderas obras maestras, no solo dentro de la variadísima producción pictórica que Guillo Pérez llegó a ejecutar a lo largo de más seis décadas de intensa y fructífera trayectoria, sino también en el contexto de la pintura dominicana de la modernidad.

Dentro de estas obras magistrales destacan las tituladas “Abstracto” (1964), “Sin título/Abstracto II” (1964), “Sin título/Noche y día“ (1967), “Cañaveral” (1967), “La ciudad duerme” (1968), “Marina” (1970), “Marina” (1976), “Paisaje” (1977), “Paisaje” (1980), “Las Palmas” (1980), “Paisaje monocromático”, “Playa Bretón” (1990), “Composición taína (1990-92), “Marina” (1991), “Cristo” (20×24), “Marina” (1994), “Sin título (El canto de mi tierra)”, “Sin título/Ruinas coloniales”, “Paisaje”(50×75), “Gallos” (55×50), “Cañaverales e ingenio” (40×50), “Paisaje” (30×40) y “Rostro de Cristo” (1981).

En estas pinturas, además de materializar de manera cristalina sus radicales convicciones informalistas y su profunda conexión existencial con el “médium”, Guillo Pérez aborda sus temáticas características, recreando de forma única monumentos coloniales, ingenios, bueyes, carretas, coches, marinas, paisajes, bodegones, flores, platanales, arrozales, gallos, rostros del Cristo y figuras interraciales en movimiento.

Curada con esmero y óptimos resultados por José Luis Cartagena, director de La Colección, esta gran muestra-homenaje nos permite confirmar la condición de Guillo Pérez como el más vital y versátil exponente del color, el “espacio mítico” y el sentido de la tierra en la pintura dominicana de las últimas siete décadas. Entonces, además de su condición de creador de símbolos estético-visuales en los que resultan incontrastables los altos niveles de trascendencia que adquieren los valores identitarios esenciales de la dominicanidad, han sido la distintiva vitalidad de su universo simbólico y la energética reactividad de su policromía, los principales elementos valorados por los miembros del Comité Seleccionador a la hora de concederle al maestro Guillo Pérez el Premio Nacional de Artes Plásticas 2013.

Sobre los notables niveles de trascendencia que admite la huella identitaria en la obra del máximo colorista dominicano, en su ensayo titulado “La inmortalidad del maestro Guillo Pérez”, Cándido Gerón observa justamente: “Todos los méritos que recibió en vida fueron resultados de un trabajo artístico riguroso, de una vida sin descanso y de la pasión por hacer que su arte fuese trascendente, es decir, que respondiera a los niveles de la cultura universal. En todos sus años de creación pictórica no dejó de introducir en sus cuadros los episodios más importantes de la vida dominicana. Ahí está el contraste: la pasión del maestro Guillo Pérez por resaltar el orgullo y la dignidad de los valores dominicanos, sin dejar de lado la historia humana, madre de las civilizaciones desde donde emanaron todas las culturas del mundo”. (1).

Por su parte, José Luis Cartagena, quien durante más de tres décadas llegaría a compartir y colaborar estrechamente con Guillo Pérez, tanto que actualmente se le reconoce entre los principales coleccionistas y conocedores de su obra, resalta la versatilidad creativa, así como la riqueza expresiva de su colorido, tonalidades, matices y variaciones de la luz en su producción global: “Realmente yo llamaría este homenaje “Homenaje a mi Amigo Guillo Pérez” porque definitivamente es uno de los grandes maestros de la plástica dominicana de todos los tiempos. Pero yo primero lo admiraba como mi amigo Guillo y después como el maestro Guillo.

“Y una cosa atrae la otra. Porque mi amistad con el maestro surge como resultado de mi atracción hacia las artes plásticas y la belleza de sus obras, de las cuales siempre he vivido enamorado… Para mí es un gran orgullo presentarle este gran homenaje con esta gran colección de más de 80 piezas en distintos formatos y correspondientes a todas las épocas de su trabajo…El fenómeno Guillo Pérez existe una vez cada mil años, así que deberíamos sentirnos realmente orgullosos y dichosos de haberlo tenido con nosotros. Espero que ustedes y los que puedan ver esta exposición sean críticos y testigos de mi testimonio y gran admiración por la obra del maestro Guillo Pérez. Su cuerpo ya no está presente, pero su espíritu y su alma están en cada una de estas obras”…

En síntesis
Guillo Pérez

Guillermo Pérez Chicón-Guillo Pérez-, nació en San Víctor, Moca, el 3 de agosto de 1923. Hijo de Francisco Guillermo Pérez Chicón y Ana Luisa Chicón de Pérez, oriundos de Guaucí. En 1934, estudia en la escuela pública México, Santiago de los Caballeros. En 1946, cursa estudios de música y religión en el Seminario Católico del Santo Cerro. Practica el paisaje al natural en el taller de su tío, Yoryi Morel. Se gradúa en la Escuela de Bellas Artes de Santiago y estudia 6 años de violín y teoría musical (1946-1952). En este mismo año, es profesor-fundador- de la escuela de Bellas Artes de La Vega. En 1958, obtiene el “Premio Editora del Caribe” en la IX Bienal Nacional de Artes Plásticas y en 1960 es premiado en la X Bienal. En 1970, obtiene una Mención de Honor en el II Festival Internacional de la Pintura de Cagnes-Sur- Mer, Francia. En este mismo año, es designado profesor y director de la Escuela Nacional de Bellas Artes. Fue profesor de arte en la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña. En 1995, el gobierno dominicano le otorga la Orden del Mérito de Duarte, Sánchez y Mella en el Grado de Caballero, en ocasión de la celebración de sus 50 años de trayectoria creativa. En el 2010, el Museo de Arte Moderno le organiza una gran muestra retrospectiva y la Cámara de Diputados le concede la Medalla al Mérito para las Artes y las Letras. En el 2012, recibe el Premio Fundación Corripio, en la categoría arte, por ser “Realidad y símbolo de la entrega a la investigación y al oficio de pintor como máxima expresión de la cultura dominicana”. Guillo Pérez expuso su obra exitosamente en importantes galerías, museos, bienales e instituciones culturales de los Estados Unidos, Panamá, Honduras, Costa Rica, Venezuela, Colombia, Perú, Chile, Brasil, Uruguay, Argentina, Bolivia, Cuba, España, Francia, Puerto Rico, Italia, Alemania, Israel y Japón.

Nota. (1). Cándido Gerón. “La inmortalidad del maestro Guillo Pérez”. Ver catálogo de la exposición “Homenaje al Gran Maestro Guillo Pérez. La Colección, Galería de Arte, Santo Domingo, 07/2014.

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