El precandidato presidencial del Partido Revolucionario Moderno (PRM), Luis Abinader hace bien en defender la institucionalidad del país, pues en los casi 16 años seguidos que lleva el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) en el gobierno nada se respeta, ni siquiera el Congreso Nacional que es el primer poder del Estado.
El pasado lunes en un artículo publicado en este periódico el líder de la oposición relato la irreverencia que hacen los morados al país a protagonizar hechos muy lamentables, que perturban la sociedad dominicana.
Con el título El enfrentamiento en el Congreso, Abinader expresa que el PLD en el gobierno ha convertido el Estado en patrimonio privado de una cúpula partidaria, con vocación absolutista, que ha sometido las instituciones públicas a dos proyectos personales de poder y enriquecimiento.
Luis Abinader hace honor a la verdad cuando se refiere que las luchas internas en vez de dirimirse en las instancias internas del PLD, ha llevado al Poder Ejecutivo a agredir con severidad desproporcionada a legisladores de su propio partido como también a ciudadanos, así como, insólitamente, a ocupar manu militari el Congreso.
Los hechos del Congreso hablan de lo poco que le importa la institucionalidad de nuestra república al partido de gobierno, pues en su lucha por manejar el presupuesto del país, han tomado acciones que dicen mucho de lo poco que le importa la nación de Juan Pablo Duarte, Francisco del Rosario Sánchez y Matías Ramón Mella.
Como manifiesta Abinader, el pretexto de que, si se reforma o no la constitución, desplegando un sórdido conflicto de intereses entre dos grupos cuyo único objetivo es controlar el poder y el presupuesto nacional a toda costa: buscando uno la reelección y el otro volver al poder.
La República Dominicana necesita de instituciones fuertes para poder enfrentar la corrupción que es nuestro principal problema, y como indica Abinader que afianza su convicción de que el país requiere una gran renovación ética e institucional, al mencionar el esfuerzo de un grupo de periodistas a escala internacional ha revelado un nuevo componente del caso Odebrecht, en relación a Punta Catalina.
Al asumir el compromiso, él y el PRM, de luchar en contra una reforma constitucional, cuyo único propósito es restaurar el reeleccionismo, que tanto daño le ha hecho al país, y de producir el cambio democrático que reclama el sentimiento público de la nación.
Coincido con Luis cuando dice que está convencido de que hoy más que nunca es necesario cohesionar las fuerzas genuinamente democráticas de la nación en una gran concertación opositora, enfatizando, en base a un programa de gobierno compartido, los aspectos que nos unen para sacar al PLD del poder y llevar a cabo el cambio democrático que con urgencia exige el pueblo dominicano.
En honor a la verdad debemos contribuir a producir el cambio de gobierno que requiere y exige la nación, para así recuperar y avanzar las conquistas políticas, sociales, económicas y culturales que ha logrado arduamente el pueblo dominicano, y nos ha costado tanto esfuerzo y sudor.