Nosotros los aquí flotantes
En la dicha del goce
Los que pendejos no somos
Los aguerridos de siempre
Los mas que burlones
Los papaúpas de Palacio
Los bimbines de la Duarte arriba
Los coge-cueros universitarios
Los llena buches
Los repartidores
Los inversionistas…del espanto
(José García Cordero. Opera Nera. 2020).
El arte contemporáneo es un océano fantasma que nos incita y excita con sus oleadas sucesivas de elaboraciones matéricas, formales, informales, tecnológicas, conceptuales, imagéticas y metafóricas. Ficciones estéticas y antiestéticas que operan más bien como fricciones revivificadoras de la sensibilidad, la espiritualidad y la condición humana a través de una especie de puesta en espejo de la intrínseca precariedad que sostiene las estructuras políticas, socioeconómicas y “legales” del establishment.
A la hora de advertir las claves simbólicas y significativas del arte contemporáneo, más vale la opción de la lúcida apertura y no basar la especulación únicamente en las experiencias o particularidades psicológicas de la personalidad creadora. Los efectos más sustanciales e implicatorios de las prácticas artísticas contemporáneas no son sólo espejosy/o resultados de las experiencias, deseos, sentimientos y contradicciones ontológicas de los taumaturgos y fabuladores del delirio.
Desde luego, una buena parte de la producción artística contemporánea, encripta y trasluce siempre un elemento “contextualizador”, territorial, biográfico y hasta autobiográfico. Entonces, como prueba axiomática del potencial críptico, crítico y trascendente de la producción artística contemporánea, deberíamos confrontar el formidable extracto expositivo de la obra pictórica reciente del reconocido artista dominicano José-Chichí-García Cordero (1951) que actualmente presenta Lyle O. Reitzel Gallery en su local de la Torre Piantini (Ave. Abraham Lincoln esq. Gustavo Mejía Ricart).
“Opera Nera”, curada e instalada con esmero y óptimos resultados por Lyle O. Reitzel y Mar Martínez, es una muestra conformada por 16 obras pictóricas de rigurosa factura, ejecutadas por García Cordero en acrílica sobre lino y durante las últimas dos décadas. Cada una de estas obras se caracteriza por su impacto expresivo estremecedor y su insólito potencial provocador de la mirada reflexiva de cualquier espectador que se atreva a confrontarlas durante al menos cinco minutos.
De ahí que esta entrega amerite su registro como la exposición individual másclarividente, sugestiva y provocadora que haya presentado en su propio país un artista dominicano en el trayecto de los últimos veinte años.
Con su excesiva y cáustica gracia imaginativa; su clarividencia introspectiva y su distintivo y delicioso “humor macabre” ante las dimensiones, fenómenos, sucesos y circunstancias de la vida, la muerte, la naturaleza, la historia, la cultura y la trama existencial cotidiana que les atraen especialmente, Jose García Cordero, materializa su “obra negra” como un espectro lógico y espléndido corpus opus, repleto de fragmentarios y desconcertantes presagios de la tragicidad ancestral y frenética de un “pueblo agreste” y aún más devastado por los ritos seculares de la pesadilla; el espanto autoritario; las mitologías cotidianas de la violencia; el crimen des-organizado; la corrupción política; la impunidad; la inmoralidad; la insanidad psicofísica; la inseguridad ciudadana y el terrible vacío espiritual.
Asimismo, las obras que integran “Opera Nera”, además de mostrar a Jose García Cordero adentrándose en los dominios más progresivos y extravagantes del sistema pictórico tradicional con registros expresivos y sonoridades monocromáticas radicalmente disruptivas frente a la práctica pictórica en Santo Domingo, tal como se patentiza en surematadora subversión de la paisajística representativa de la “Escuela de Santiago” que ahora estalla reconfigurada y turbadora como territorios gélidos; atmósferas mórbidas, plomizas y sombrías, así como en sus críticos escenarios habitados por unos sujetos trágicos de rostros pálidos, hálito exhausto y miradas extraviadas, coreados perpetuamente por unos aterradores “perros prietos” de ojos malignos e instintos asesinos…
Síntesis de García Cordero
Arquitecto, pintor, dibujante y escultor, José García-Cordero nace en Santiago de los Caballeros en 1951. En 1977 se establece en París, Francia, matriculándose en la facultad de historia de la Universidad de Vincennes y entrando en contacto con los principales movimientos estéticos, filosóficos, político-sociales y culturales de la contemporaneidad.
Entre sus reconocimientos, destacan: Primer Premio de Dibujo XlV Bienal Nacional de Artes Plásticas (1979; Premio Especial de Pintura XVll Bienal Nacional de Artes Visuales (1990); Premio “Novembre a Vitry”, Vitry-Sur-Seine, París, Francia (1991); Medalla de Oro Primera Bienal de Pintura del Caribe y Centro América (1992); Medalla de Oro Tercera Bienal de Pintura del Caribe y Centro América (1996) y Premio de Adquisición XXl Bienal Nacional de Artes Visuales (1999).
En el 2012, el Senado de La República de Francia le otorga la Medalla al Mérito por sus trascendentales aportes a la cultura y su brillante carrera internacional. Las 16 obras que integran su exposición “Opera Nera”, abierta hasta el 14 de agosto en Lyle O. Reitzel Gallery, exponen los asombrosos niveles de libertad expresiva y virtuosismo imaginativo que reafirman a José García Cordero como uno de los máximos exponentes del arte latinoamericano de la actualidad y como uno de los más destacados renovadores contemporáneos de la figuración crítica internacional.