En la Galería Nacional de Bellas Artes. ¡Magna retrospectiva de Antonio Guadalupe!

En la Galería Nacional de Bellas Artes. ¡Magna retrospectiva de Antonio Guadalupe!

Antonio Guadalupe. La Beata de Palma Sola. Mixta sobre tela, 48x58 pulgadas, 2020.

“…Líneas incisas y movimientos interiores, pigmento transparente y colores controlados, comunican mensajes especiales, propios de su autor. Un impulso gestual aumenta el dinamismo de la composición que suele cubrir la superficie entera y crear atmósfera envolvente, a la vez simple y compleja, entre morfologías, signos y referencias. Antonio Guadalupe ofrece una exposición magistral, inconfundible”… (Marianne de Tolentino, directora de la Galería Nacional de Bellas Artes, 2024).

Antonio Guadalupe (1941) se nos revela como el penúltimo tótem del más lúcido y sobrecogido cimarronaje artístico y cultural dominicano del siglo XX, además de una personalidad tan vital y proactiva como inspiradora que ha accionado de forma estelar en el proceso revalorizador del signo ancestral, la memoria mística y los rizomas culturales identitarios, abrazado con prodigiosa clarividencia imaginativa y efectos trascendentales por los artistas plásticos y visuales dominicanos durante las últimas siete décadas.

En 1959, Antonio Guadalupe se traslada a Santo Domingo y se inscribe en la Escuela Nacional de Bellas Artes, bajo la orientación de Marianela Jiménez (1925-2013) y Gilberto Hernández Ortega (1923-1973). En 1965 se traslada a Nueva York, donde estudia con el artista y profesor italiano Prillo Grinilli. En 1967, regresa a su ciudad natal, donde será “descubierto” y apoyado por la escritora y crítica del arte Aída Cartagena Portalatín (1918-1994) y el poeta Máximo Avilés Blonda (1931-1988). Funda la Academia de Arte Vincent Van Gogh, hoy Escuela de Bellas Artes de Moca.

En 1983, por su obra “La otra Tilapia”, obtiene el Primer Premio de Pintura de la XVl Bienal Nacional de Artes Plásticas. En 1990, recibe Mención de Honor en el XXll Festival Internacional de la Pintura de Cagnes, Sur-Mer, Francia. En 1999, Recibe el Premio de la Identidad Nacional en Artesanía. En el 2020, el Ministerio de Cultura de Republica Dominicana le reconoce con el Premio Nacional de Artes Visuales.
Con una fructífera trayectoria que traspasa las cinco décadas, Antonio Guadalupe se consagra como uno de los grandes pintores dominicanos contemporáneos, desbordando incluso las periferias del Caribe, gracias a una obra personalísima de exquisita factura técnica y estética que ha exhibido de manera exitosa en galerías, museos, centros culturales y ferias de arte contemporáneo del Caribe, Europa, América Latina y Estados Unidos.

Antonio Guadalupe, apuesta apasionado a la extraordinaria capacidad especular de las cifras de la magia identitaria; los ritos tradicionales y las manifestaciones culturales esenciales del Caribe, los cuales penetra, estudia y resignifica con mirada poética propia e integra, mediante una obra que, en primera y última instancias, admite su lectura como una de las máximas elaboraciones metafóricas de la consciencia identitaria a través de la imagen. Dos aspectos siempre sorprendentes de su obra, resultan el majestuoso dominio del dibujo-preciso, fluido, expresivo y efectivo-, y la efusividad energética de los visajes cromáticos en el proceso de activación de las superficies pictóricas.

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Su eufórico y productivo diálogo con la obra del genial Paul Giudicelli (1921-1965) durante la década de los 80 y su impactante serie pictórica de grandes formatos sobre el liborismo, la religiosidad popular del Sur profundo y la tragedia histórica de “Palma Sola” (1962), proyectan de manera axiomática la obra radical y portadora de esencia de Antonio Guadalupe como legado estético trascendental.

Y esta íntima observación puede ser confrontada por quienes se decidan a recorrer detenidamente los espacios del Salón de la Cúpula de la Galería Nacional de Bellas Artes, donde hasta el 15 de febrero sigue abierta la magna exposición retrospectiva “Estaciones: Medio siglo de ingenio del artista Antonio Guadalupe”, la más completa que se le haya organizado jamás y la cual reúne un total de 118 obras, entre pinturas sobre tela y técnicas mixtas sobre papel, abarcando su trayectoria productiva desde la década de los 80 hasta la actualidad.

Curada por Marianne de Tolentino y museografiada por Mildred Canahuate y Salvador Bergés, “Estaciones” esta articulada por cinco conjuntos de obras de grandes, medianos y pequeños formatos: “Palma Sola”; “Inriri”; “Toro de tres cabezas”; Hombre y Fauna” y “Titulares”. Se trata de una producción que resulta de las búsquedas estéticas y la reflexión profunda sobre la naturaleza, la cultura, la memoria emocional, la sociorealidad y la espiritualidad popular dominicana, el medio ambiente y la comunicación humana, desarrolladas por Antonio Guadalupe durante el último medio siglo.

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