Solía pensar que la peor cosa de la vida era terminar solo. No lo es. Lo peor de la vida es terminar con gente que te hace sentir solo. Robin Williams
El arte del batear es muy apreciado en el béisbol, por lo difícil que es conseguir conectar la pelota por terreno de nadie. Los jugadores que hacen contactos son considerados como los “caballos del conjunto”, una muestra de lo difícil y complicado que es el bateo. Es que un jugador que logra conectar con efectividad la bola en tres ocasiones de diez oportunidades batea trescientos puntos una cifra astronómica.
En el presente torneo estamos frente a uno con grandes brazos y con una calidad a nivel del más exigente béisbol, nos encontramos con veteranos que saben lanzar, con jóvenes que son sus brazos rondan las 100 millas consistentemente, lo que hace mucho más compleja nuestra liga.
Al momento de escribir esta columna nos encontramos que solo tres jugadores alcanzan la cifra aristocrática.
Ronald Guzmán, de los Gigantes del Cibao (GC), elevó su promedio de bateo a .333, para junto a Jeremy Peña de las Estrellas Orientales (EO), liderar ese departamento. Guzmán tiene 10 hits en 30 turnos oficiales y Peña 12, en 36. José Sirí (GC), descendió a .320 para ocupar la tercera posición.
El dominio de los jugadores dominicanos en la conquista del liderato de bateo va por 27 temporadas y la presente 2020-2021 seguirá la misma dirección.
Junior Noboa, vistiendo el uniforme de los Caimanes del Sur, fue el primero en ganar el encasillado de bateo con .327 en 1984-85. En el pasado campeonato, Moisés Sierra terminó con promedio de .348 para ser el líder.
Esta temporada los conjuntos en la Lidom se han amado con un gran arsenal de brazos fuertes y saludables, con veteranos que conocen cómo hacer out. Lo que hace más difícil el poder batear.
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