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Por: Onorio Montás

La razón de llamarle “turcos” a los árabes, sin importar el lugar de nacimiento, obedece a que los territorios pertenecientes a la entonces Gran Siria, se encontraban bajo dominio del Imperio Turco u Otomano y los árabes que salieron con permisos y documentación legal llegaban con ese pasaporte razón por la cual quedó el apodo de turcos para ellos y sus descendientes.

“Sí, lo sabemos, pero mi abuelita odiaba le dijeran turca”, me decía Beatriz Altagracia, una de mis primas.
En el año 1962 en medio de la campaña política para las primeras elecciones que se celebrarían en nuestro país tras la caída de la dictadura de Trujillo, quise conocer Santiago de los Caballeros, tenía el hermano menor de mi madre Caonabo González Amador que había nacido el 2 Octubre 1929, había emigrado de San Pedro de Macoris y con mucho éxito había instalado una tienda de zapatos nada más y nada menos que en la calle comercial principal de Santiago, en la calle El Sol, al lado de la famosa tienda de “Los Muchachos” y le nombraron “La Competencia”. tío Caonabo y su socio Feliciano Portela Novoa, quienes venían los dos desde San Pedro de vender zapatos en “Los Muchachos”; tío Caonabo que siempre estaba de buen humor, con una sonrisa a flor de labio, estaba casado con una “turca” Hilda Violeta Sebelén Miguel una tía cariñosa y entregada a su familia, hija de dos “turcos” Elías Sebelén Yunén y Celestina Miguel Musa que le había dado cuatro hijas y un barón mis queridos primos Hilda Celeste, Beatriz Altagracia, Caonabo Antonio, Heidy Patricia y Larissa Virginia González Sebelén.

Hildita González e Hilda Sebelén

Conversaba con el abuelo de dos de mi hijas Nabila y Lauramaría Montás Arbaje, Abraham (Brojím) Arbaje Sido “nos narra sobre la llegada de los Arbaje hace 120 años por Puerto Plata y las migraciones del Medio Oriente a nuestro país, nos cuenta que cuando llegó a nuestro país en la época de la independencia de la República Dominicana, a la que nosotros conocíamos muy poco como nación en 1903 cuando vinieron mis abuelos en barcos de carga que era lo que viajaban en ese entonces, se posicionaron en Las Matas de Farfán, yo vine de una tercera generación, luego de Yamil, Salim y Abraham Sarraf. A mí me trajeron a los cuatro años en 1938, mi papá nació aquí en República Dominicana y al año se lo volvieron a llevar para el Líbano” me cuenta don Brojím.

Abraham (Brojím) Arbaje Sido

En el periodo de gobierno de Joaquín Balaguer de 1966-2000 laboraba en el Departamento de Prensa de Radiotelevisión Dominicana y tenía que viajar a las inauguraciones y asentamientos que realizaba semanalmente en el interior del país. Esto me permitió conocer “de cabo a rabo” todo nuestro territorio, la mayoría de los viajes era en toda la línea fronteriza, las 10 provincias por su interés de la “dominicanización” de nuestra fronteras, asentamientos campesinos con entrega de parcelas a parceleros, inauguración de hospitales y escuelas, nunca me imaginé ir a Las Mercedes, Hondo Valle o Aguas Negras o cualquiera comunidades limítrofes con Haití, como por ejemplo El Cercado el pueblo que hizo famoso Bona, (Bonifacia Alcántara) Mamá Bona “era una de las brujas de San Juan de la Maguana” a la que el presidente dominicano Joaquín Balaguer consultaba en secreto.

Recuerdo los “encargos” de mi amigo D. César Herrera Cabral, sirector de Prensa de la Presidencia: “Tráeme queso Arish con orégano, de donde doña Graciosa Tanuz, o donde los Bacha porque los de donde “María La Turca” de la C/ José Reyes con Mercedes, (Fafrun Elías de Miguel) no son de leche de cabra o de chiva, y no saben igual”.

Con Nabila y Lauramaría Montas Arbaje mis hijas

La Asociación de Jóvenes Libaneses tuvo una gran oportunidad de difundir la cultura árabe en nuestro país que encabezaba un joven de ascendencia libanés con una gran cultura sobre el medioriente y una cultura general Ricardo Arbaje Soneh y aprovechando los deseo de un gran innovador de la radiodifusión en nuestro país Teo Veras creador de una iniciativa experimental de llevar cultura a nuestra nación, yo fui parte de ese experimento publicando un boletín mensual con la -programación completa- de “La ClásicaFM”, como consecuencia de ese proyecto cultural surgió “Voces del Medio Oriente” que se transmitía por primera vez en nuestro país, una vez a la semana producido Ricardo Arbaje Soneh y Camel Bortokan un experimentado profesional de la locución y parte de la “Asociación de Jóvenes Libaneses”, lamentablemente el programa desapareció al fracasar el proyecto económicamente por falta de apoyo publicitario a la emisora, nuestro país no estaba preparado para ese magnífico proyecto cultural, lamentablemente.

Ricardo Arbaje Soneh

La migración árabe se dispersó por todo nuestro territorio, llegaban principalmente por las principales ciudades portuarias o por la frontera con el vecino país y una gran parte se aposentó en la ciudad capital, Santo Domingo, muchos apellidos se distorsionaron por su pronunciación, pero había “turcos” en los lugares más remotos de la geografía y se dedicaron a todas las diversas actividades desde las labores del campo, el comercio, la política, economía, militar, deportes y el derecho. en todas las funciones de la sociedad como en el arte Napoleón Dhimes, Olga Azar, Gilem Nazir (Elenita Santos), Ivonne Aza, Francisco Chaín Casanova, Moisés Zouain, Frank Ceara, Nathalie Hazim.

Eminente médico y académico

Tuve la dicha de conocer y establecer una enorme amistad con una persona, un médico graduado en la Universidad de Santo Domingo, en los años 50, otorrinolaringólogo con una calidad humana inmensa y un con un sentido del compromiso social Julio Ramón Román Jabib, mi querido “Ninito”, quien se había especializado en Madrid, España en Oftalmología en el Hospital Universitario de La Princesa termina en el Instituto de Investigaciones Oftalmológicas Ramón Castroviejo, donde adquirió grandes conocimientos como el trasplante de Córneas que puso en práctica en nuestro país y luego al finalizar se traslada a los EUA donde en busca de perfeccionar sus conocimientos inicia en el NewYork-Presbyterian, donde fue jefe de residentes, terminando en el Harlem Eye and Ear de New York.

Le conocí en los años sesenta y ahí se inició nuestra gran amistad en medio de la “bohemia” pues tomábamos clase de guitarra con Fernando Gautreaux, era un grupo que el único que no era médico era yo, y los únicos que no cantaban o componían eran Ninito y yo; los demás Federico Asmár Sánchez, Ángel Samuel Chan Aquino, Ludovino Sánchez Díaz, Ivette Pereyra (a veces) y Ludovino Angulo. Luego de muchos encuentros Román Jabib me comenzó a convocar los viernes al “Leprocomio Nacional” en la comunidad de Nigua, San Cristóbal al lado del Manicomio Padre Billini.

El Leprocomio lo dirigía el doctor Guillermo Herrera Kury, un consagrado dermatólogo, médico de ascendencia libanesa que había dedicado su vida al cuidado de los leprosos, Ninito, sin yo nunca ni remotamente haber estudiado medicina, ni siquiera enfermería me entrenó como ayudante en la difícil la tarea de reconstruir órganos faciales destruidos por la lepra, nariz, párpados, orejas y labios (La lepra era común en los tiempos bíblicos y las muchas referencias a ella se entendían bien por parte de los que vivían en condiciones poco higiénicas). En principio me resistía a tocar los leprosos pero el doctor Herrera Kury me decía: “Ya está seca puedes tocarlo sin ninguna temor o duda”, y Román terminaba de convencerme, en eso estuvimos durante mucho tiempo como una penitencia, yo sentía un cuasi compromiso porque había visto con el rostro despedazado igual que las manos y dedos de los pies a un primo-hermano Gilberto Montas Reyes hijo de el hermano de mi padre que había “desaparecido” junto a él Gaudesio Emilio Montas Valdez.

Doña Cristina Herrera

El apellido Herrera es una deformación del apellido Haddad, que significa herrero o alfarero.
La madre de mis tres amigos José Vetilio, veterinario especializado en los países nórdicos en las industrias lácteas; Nelson, agrónomo, ambos hermanos, habían sido apresados y torturados durante la dictadura trujillista, y el más joven, Fabio Simón Valenzuela Herrera, odontólogo y locutor, siempre de buen humor y sonriente, compañero de muchas bebentinas junto a Fernando Fernández Veras y Fernandito Silié Valdez al Roxy, Garden, Maxim’s, Londres, Borinquen, El Inocente y otros de la parte alta (que no era la zona Rosa, porque estaban dispersos). Doña Cristina siempre reivindicaba su condición de sanjuanera del “Granero del Sur” y orgullosa descendiente de libaneses, tía de José Joaquín y Juan Puello Herrera.

Los dominicanos de ascendencia árabe han aportado mucho a nuestro país, hemos tenido al actual presidente de la República Luis Rodolfo Abinader Corona, a mi gran amigo, presidente y vicepresidente Jacobo Majluta Azar, secretario de Estado de Finanzas en 1963 en el primer gobierno constitucional después de la desaparición de la dictadura de Rafael L. Trujillo fue presidente del Senado de la República Dominicana durante varios periodos 1982-1983-1985-1986.

Cuatro gobernadores del Banco Central de la República Dominicana descendientes de Árabes

Hugo Maximiliano Guiliani Cury
Roberto Bernardo Saladín Selín.
Guillermo William Karam Herrera.
José Enrique Lois Malkún.

Algunos descendientes de árabes que han aportado a nuestra sociedad

En la ciencia y la medicina como el doctor Antonio Zaiter Slaimen. Clínica Zaiter, Dr. Antonio Zaglul Elmúdesi, del Hospital Psiquiátrico, Dr. Jorge Abraham Hazoury Bahles, fundador del Hospital Escuela (INDEN) y la Universidad Iberoamericana (UNIBE).

Elecciones generales de la República Dominicana de 1962.

Fueron las primeras después del fin de la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo. Juan Bosch del Partido Revolucionario Dominicano ganó las elecciones presidenciales, mientras que su partido también ganó las elecciones al Congreso con un 58.720% de los votos escrutados. Antes de las votaciones lideradas por la Iglesia Católica y sectores ultraderechistas habían comenzado a conspirar contra el próximo Gobierno que asumiría el 27 de febrero de 1963, Día de la Independencia Nacional, era un secreto a voces que sectores militares encabezados por el coronel Elías Wessin y Wessin director del Centro de Enseñanzas de las Fuerzas Armadas (CEFA), un militar y político de origen libanés, tenía la firme convicción de que debía de derrocar ese gobierno calificado por esos sectores de “comunista”. Más adelante, liderando un golpe de Estado en contra de Juan Bosch el 25 de septiembre de 1963, derrocaron el gobierno elegido por el pueblo. Luego, en 1965 encabezó al grupo de militares opuestos al retorno al orden institucional tras el derrocamiento del gobierno de facto del llamado Triunvirato, en 1965.

Wessin y Wessin, junto a Antonio Imbert Barrera, auspiciaron una segunda intervención militar de los Estados Unidos.

En julio de 1971 el presidente Joaquín Balaguer le acusó públicamente de gestar un golpe de Estado contra su Gobierno y en los medios televisivos le acusó de ser un “un conspirador impenitente y vulgar ambicioso”.

Este árabe fue la excepción de la regla.