La falta de educación financiera limita el acceso a opciones financieras adecuadas, por lo que se podría aumentar el riesgo de sobre endeudamiento del emprendedor

Para los emprendedores y personas de edad avanzada persisten aún en la República Dominicana y países de América Latina barreras que les limitan la inclusión financiera, lo que dificulta el desarrollo de actividades de negocios.

Así lo consideran expertos que participaron ayer en el panel Retos para la Inclusión y la Educación Financiera en América Latina, organizado por el Banco Adopem.

Para Smeldy Ramírez Rufino, especialista en desarrollo del sector privado con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), una barrera principal es el acceso limitado del capital, ya que los emprendedores vulnerables carecen de los activos, de la organización suficiente para poder acceder a financiamiento por parte de entidades financieras tradicionales.

Otra, agrega, es la falta de educación financiera, que limita el acceso a opciones financieras adecuadas, por lo que se podría aumentar el riesgo de sobre endeudamiento del emprendedor.

“También está la falta de redes y conexiones. Hemos visto que en emprendimientos la capacidad de tener conexiones y acceso a mentorías ayuda a mejorar la operatividad de un negocio, además de acceder a financiamiento de inversionistas de manera directa o de entidades financieras”, precisó.

Dijo que, además, es una limitante para los emprendedores los altos costos de cumplimiento y la falta de información clara, que puede dificultar la administración del negoció.

De su lado para Yves Ferreira, jefe de la oficina regional para le Caribe del Banco Europeo de Inversiones (BEI), persiste en el país el problema de la confianza en el sistema financiero.

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Dijo que otro punto muy importante es la adaptación de los productos al perfil de los clientes, tanto en la parte del ahorro como en el crédito.

“Siempre está la crítica de crédito y a microfinanzas, que la tasa de interés es elevada”, añadió.

Explicó que, además, está el impacto disruptivo del sector desregulado, o sea ese prestamista paralelo que crea una competencia muy poco sana para el equilibrio del sistema financiero. “También es un tema el nivel de informalidad de los clientes, que no facilitan la relación, tanto en términos de ahorro como los de créditos”, agregó.

Mientras que Carolina Cárdenas, responsable residente de IFC en República Dominicana y Haití del Banco Mundial (BM), entiende que hay temas públicos y privados que hay que abordar con más claridad en el marco regulatorio.

“Sí, hay un marco regulatorio, pero no tan adaptado a las micro y pequeñas empresas, por lo que creo que eso hay que trabajarlo más”, dijo.

Cárdenas mencionó, además, que está la barrera del acceso a la banca especializada, ya que como hay poco acceso los informales recurren a la informalidad, a esos prestamistas que están más fáciles.

“También está el papeleo. Es difícil para las pequeñas empresas y para mujeres tener toda la documentación requerida. Hace falta, además, capacitación financiera, también capacitación en ciertas partes del negocio que pueden ser interesantes”. dijo.