Ayer viernes 22 de julio, se celebró el “Día Mundial del Cerebro”. En mi condición de neurólogo esto me obliga a un futuro “conversatorio”’ sobre el tema, así que esperen mis consideraciones al respecto. Tener la dicha de volver a la señorial ciudad de Viena por tercera ocasión ha sido como siempre una grata experiencia; esto de la mano con finas atenciones del señor Martin Rodríguez (LAM). El primer día hicimos el city tour, donde desde un autobús con guía turística visitamos todos los lugares de importancia de la hermosa ciudad, pasando por el Palacio Hofburg, el Ayuntamiento, la Opera Estatal de Viena, las suntuosas casas de verano de los monarcas los Habsburgo, el Palacio de Belvederes, sus iglesias, la Catedral de San Esteban, el famoso Palacio de Schonbrunn, la casa de Sigmund Freud, etc.
Estos palacios reales todavía mantienen la suntuosidad de esos años pasados, donde se puede apreciar el lujo de esos períodos de reyes y reinas con cortes imperiales. Esta ciudad llegó en un momento a ser la capital intelectual de Europa, con un gran legado artístico debido a Mozart, Beethoven, etc.
Cenando en el muy aristocrático restaurante Edward, degustamos el plato típico de Austria, el Wiener Schnitzel: es un plato de escalopines de ternera empanizados, normalmente acompañado de un tibio puré de papas y ensalada. Degustando su típico vino el wien Stephnsplatz, una verdadera ricura. Luego fuimos al Drakon Yeden, bar donde se presentan las bandas de jazz más importantes de la ciudad.
Puede leer también: El 6,3% de las discapacidades son por enfermedades del cerebro
Todos maestros los que allí tocan: de ellos escuchamos Blue Moon, Black Cofee, What a Wonderful Word, etc. No puedo negar que recordé mis años en Londres, donde fui miembro del Ronnie Scott Jazz Club, entonces tuve la oportunidad de ver a varios de los principales jazzistas de la época, tal como el saxofonista Grover Washington Jr.
Degustamos una exquisita cena en un yate, recorriendo las aguas del Danubio. Esto fue una muy placentera experiencia, terminando la cena con su famoso strudel de manzana, postre de manzana muy típico. Aunque el distinguido y prolífico compositor de música culta Johann Strauss “vio” al Danubio azul, este nunca ha tenido ese hermoso color. Sin embargo, es importante resaltar que es uno de los ríos más importante de Europa, pasando por diez países.
En una de las caminatas con un calor infernal, estuve frente a la estatua de Johann Goethe, de quien conocí temprano su obra por mi padre.
Visitamos la casa de Mozart donde vivió desde los 27 años; en Viena pronto alcanzó celebridad y prosperidad, acompañado de su esposa Contanze, de 22 años. Se considera que durante la estadía en ese apartamento escribió la inmortal obra «las bodas de Fígaro», ópera bufa en cuatros actos (se exhiben los vestuarios originales). En la anterior visita fuimos a la ciudad de Salzburgo, visitando la casa donde nació este genio musical.
Asistir al Palacio de la Ópera es parte de las atracciones más importante de la ciudad del vals. Tuvimos la oportunidad de disfrutar de un concierto con un cuarteto de cuerdas, interpretando música de Mozart, Haydn y las Cuatro Estaciones de Vivaldi. En aquel esplendoroso y bellísimo lugar con una acústica casi perfecta, disfrutamos de una noche excelsa. Cerré mis ojos y recordé el viaje anterior, que en el mismo lugar disfrutamos el Dr. Enrique Cantizano (EPD), el Dr. Santiago Valenzuela, mi dama y yo de un concierto con la orquesta sinfónica de Viena interpretando música de Mozart y cantos Gregorianos
¡Ambas fueron experiencias astrales!