Con tres años del disfrute del poder, amparados por una aureola de honrados, los perredeístas del viejo cuño, los ahora perremeístas, se han afincado en el poder que si bien no han sacado las uñas de la corrupción como sus antecesores están dando muestras de engreimiento y una rampante incapacidad para enredar distintos departamentos gubernamentales.
Existen casos increíbles de incapacidad en la burocracia oficial dando lugar a serios percances en el manejo de la maquinaria estatal. Esta se resiente por la ignorancia e incapacidades de incumbentes bisoños cuya única virtud es haber sido cuadros militantes de la maquinaria política que está en el poder.
Desde que pretendieron pasar de contrabando un alza abusiva de la tarifa eléctrica, pasando por dejar terminar las libretas de pasaportes con los inconvenientes que tal descuido produjo en la ciudadanía. Y ahora explotar la aparente estafa a los que trabajaron en el malogrado censo del pasado fin de año. Un inexplicable atraso en el pago de los compromisos salariales a quienes trabajaron en el mal llevado censo que terminó como el baile de los monos, a rabazos y debiendo millones de pesos de los honorarios al personal que laboró en un deficiente y mal llevado censo que posiblemente sea necesario contratar hasta empresas extrañas para depurar, cernir y limpiar los resultados que desde ya no serán creíbles dando lugar a la creencia de que al presidente de la república lo engañaron en su inocencia política y burocrática.
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La razón de esa incapacidad manifiesta del personal nombrado a partir de agosto del 2020 en la administración pública fue por la rapidez con la que un inexperto personal se vio de repente en un departamento gubernamental reemplazando a gentes que con sus mañas tenía mas de diez años en esos menesteres burocráticos. Llegaron los nuevos sin un plan concreto de trabajo y sin recibir un adecuado entrenamiento para que pudieran cumplir escasamente con sus funciones.
A tres años de instalado la actual administración en el poder y tan solo a un año de reconfirmación o reemplazo por nuevos incumbentes en que se percibe esa posible sustitución. Esto es que si no cuaja la reelección por las meteduras de pata tan frecuentes e ignorancias que comete la actual gestión. Entonces si se da la reelección podría pensarse en reorganizar las dependencias que han sido afectadas por un deficiente mala gestión.
Y un caso curioso propaganda mal dirigida con mala fe a la opinión pública a ha sido con la construcción de la avenida de circunvalación a Baní, que después de aceptarse que es de tan solo dos carriles y que el dinero de la misma, $3,200 millones de pesos estaban reservados en una cuenta del presupuesto nacional, tal cosa no duró mucho tiempo con esa reserva. Aun cuando tiene muy avanzado los movimientos de tierra y se están llevando con calidad, pero resulta que las obras de arte mas importantes no han sido iniciadas.
Tal es el caso del puente sobre el rio Bani que ni siquiera se han comenzado a hincar los pilotes. Igual ocurre para el puente sobre el arroyo Bahía a la salida de Sombrero y los cruces para cruzar la carretera Sánchez en Ojo de Agua cerca de Paya y en Galeón