Estas enfermedades afectan a millones de personas, pero atraen poca atención por parte de los Estados y casas farmacéuticas
Las ETD se producen principalmente en zonas rurales, de conflicto y regiones de difícil acceso.
El entorno ideal para su desarrollo son las zonas donde el acceso al agua potable y a los servicios de saneamiento es escaso, circunstancia que se agrava por el cambio climático.
Además, las ETD suelen afectar a regiones que carecen de una atención médica de calidad, lo que lleva a las poblaciones pobres a quedar expuestas a estas enfermedades a menudo debilitantes y a otras posibles amenazas.
¿Cómo podemos hacer frente a la ETD?
Para hacer frente a las ETD se requieren soluciones intersectoriales que abarquen desde la entrega de medicamentos a las personas que los necesitan, para hacer así realidad la cobertura universal de salud, hasta el trabajo destinado a aliviar la carga de salud mental asociada a ellas, pasando por cuestiones fundamentales de derechos humanos.
El control de vectores, la salud pública veterinaria y el agua, el saneamiento y la higiene son complementos clave de la intervención dirigida a los humanos.
En la hoja de ruta de la OMS para 2021-2030 se establecen metas ambiciosas para hacer frente a muchas de estas enfermedades de manera integrada.
Las metas de esta hoja de ruta están en consonancia con las de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Lograr que los servicios esenciales lleguen a todos los que los necesitan es el objetivo principal de las medidas de respuesta frente a las ETD.