Entre cantos de sirenos o voces y sus ritmos en español dominicano en novela Sireno de Chiqui Vicioso

Entre cantos de sirenos o voces y sus ritmos en español dominicano en novela Sireno de Chiqui Vicioso

Pero hacia el ensueño navegando un día,
escuché lejano
canto de sirenas
y enfermó mi alma
de melancolía.
Rosa de melancolía
Ramón María del Valle Inclán
Es verdad que el
ámbar contiene
Las lágrimas de las sirenas?
Es verdad que
el ámbar contiene
Pablo Neruda
Sobre la playa, ya
un guiñapo triste,
te mostré al sol,
buscón de tus hazañas,
ante un coro asustado
de sirenas.
A eros
Alfonsina Storni

En la historia del imaginario humano han prevalecido mitos y leyendas que llenan los espacios de supuestos sucesos, cosas, animales y personas que tal vez existieron o tal vez no. Cada cierto tiempo desaparecen, pero vuelven a aparecer cuando ya los dábamos por olvidados o descartados por la ciencia. Así encontramos libros de bestiarios en los que se registran las bestias literarias de cada época como así lo registra la literatura fantástica, siendo “Harry Potter” una de las más recientes y conocida.

A pesar de todos los adelantos tecnológicos de nuestros tiempos no parecen haber variado mucho los significantes y los significados de las ficciones que nos convocan a estas variaciones de la fantasía. Es por esto que nos proponemos examinar los caminos que la significación de la novela “Sireno”, de la escritora dominicana Luisa Chiqui Vicioso, nos señala para la mejor comprensión de la historia dominicana desde sus realidades intrahistóricas y lingüísticas.

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Nos preguntamos desde que vemos el título, “Sireno”, si estamos frente a una novela del género fantástico, pero una vez nos adentramos en su lectura nos reta a definir los términos ficción y fantasía. Para ello consultamos el texto de Gabriel García Márquez, “Fantasía y creación artística en América Latina y el Caribe” en el que el laureado escritor reta al Diccionario de la Real Academia Española de la lengua y nos dice:

“Por una vez que he tenido la curiosidad de volver a él, para establecer las diferencias entre fantasía e imaginación, me encuentro con la desgracia de que sus definiciones no sólo son muy poco comprensibles, sino que además están al revés. Quiero decir que, según yo entiendo, la fantasía es la que no tiene nada que ver con la realidad del mundo en que vivimos: es una pura invención fantástica, un infundio, y por cierto de un gusto poco recomendable en las bellas artes, como muy bien lo entendió el que puso el nombre al chaleco de fantasía. Por muy fantástica que sea la concepción de que un hombre amanezca convertido en un gigantesco insecto, a nadie se le ocurriría decir que la fantasía sea la virtud creativa de Franz Kafka, y en cambio no cabe duda que fue el recurso primordial de Walt Disney. Por el contrario, y al revés de lo que dice el diccionario, pienso que la imaginación es una facultad especial que tienen los artistas para crear una realidad nueva a partir de la realidad en que viven. Que, por lo demás es la única creación artística que me parece válida. Hablemos, pues, de La imaginación en la creación artística en América Latina, y dejemos la fantasía para uso exclusivo de los malos gobiernos”.

Partiendo de estas definiciones alejamos “Sireno” de cualquier somera clasificación fantástica y asomémonos al proceso de elaboración de las nuevas realidades que nos presenta esta novela, presentes en la realidad vivida por su narradora. Comencemos recuperando algunas de las historias que convocan nuestro imaginario colectivo y que se recogen como parte del texto narrativo, como si quisieran adelantarnos lo aún no nombrado, pero anticipado entre cada capítulo, porque así abre la novela, desde la poesía siempre presente en la historia de la humanidad.

La cita tomada de una historia oficial, a lo Borges, comienza informándonos: “Uno de los primeros en avistar “Sirenas” fue Cristóbal Colón”, y cierra la cita con otra información: “Cristóbal Colón encontró en las cercanías de Santo Domingo tres sirenas que danzaban entre las olas”, (p.9). Este comienzo nos convoca a buscar el origen de estas criaturas que en el imaginario de un hombre de mar como Colón lo llevan a escribir sobre ellas con tal certeza y convicción de que sus lectores conocen a lo que se refiere.

A modo de resumen de varias informaciones que hemos examinado desde la mirada de las artes plásticas y la literatura encontramos que nos remiten al canto XII de La Odisea en el que Ulises tapa los oídos de sus marineros para que no escuchen el canto de las sirenas que los seducían y les hacían lanzarse al mar, y se hace atar al mástil del barco para poder corroborar la existencia de estos cantos y evitar tirarse en caso de ser seducido. Este pasaje lo recoge Ovidio en “La metamorfosis” en el que no sólo hace referencia a la sirena de mar sino también a la de aire, la de patas de pájaro y alas.

Es importante destacar que en ambas es igual su virtuosismo al cantar y el efecto seductor del mismo que provoca en los humanos, en particular los masculinos, la pérdida de la conciencia. Esta historia y sus versiones viaja a través del Mediterráneo desde donde va recogiendo versiones, sobre todo egipcias que desembocan en la Edad Media con representaciones de la sirena pez en los templos cristianos del siglo VI con influencia de cristianos egipcios.

Ahora bien, y la imagen de un sireno, ¿en qué momento la encontramos? ¿Se registran ejemplos en el arte? Pues su origen parece proceder de las imágenes de los tritones con un devenir marítimo a los que se les llamó sirénidos por sus dotes musicales y que tienen su origen en Roma, en el que se vinculan con el thiasos marino y el báquico. Se encuentran en el arte medieval del siglo XI y XII siendo fundamentales en la iconografía del arte gótico. De igual manera en el periodo bizantino al igual que en el islámico en España serán símbolos de los peligros del mar. La finalidad moralizante de los textos medievales añaden al valor polisémico del sustantivo sirena la metáfora del mal llegado a través de los deseos carnales, por lo que estos seres llevan consigo el misterio de su origen, la duda del origen humano, la certeza de la fineza de sus sentidos, razón por la que es a través del sentido del oído que comienza la seducción. La música como esa aspiración a los sonidos celestiales de los ángeles, que nos invitan a cerrar los ojos para dejar pasar las sensaciones del placer olfativo y táctil.

Estos seres nos arrebatan la cordura de la razón y nos instalan en el desorden de las pasiones desde donde nos despojan de las bondades de la divinidad y nos sumergen en aguas oscuras de la sinrazón, sin ciencia y sin Dios.

En “Sireno” vamos descubriendo, junto con los personajes, la presencia del mar y sus seres a través del entramado de sucesos y personajes que van conformando una historia de amor. Así vamos descubriendo un nuevo código en el que parece que la voz narrativa va traspolando, como en un espejo, que es en la tierra el lugar de la trampa de la oscuridad.

Si la voz lírica busca identificar a los protagonistas de este amor con una prosa poética, veamos cómo dominicaniza aún más la historia identificando algunos de sus personajes con las formas dialectales propias de su región. Para comprender mejor el estilo de la voz narrativa quisimos estudiar de manera generalizada las formas y actitudes del español dominicano, para lo que consultamos a las lingüistas dominicanas Glennys Miguelina Severino, “Actitudes lingüísticas en República dominicana” y “La doble negación del español dominicano”, de Ana Marchena Segura. En ambos textos se reconoce el trabajo inicial de Henríquez Ureña de 1940 en el que se señala un predominio castellano en el vocabulario, pero andaluz en su fonética. De igual manera ambas investigadoras reconocen el valioso aporte de los estudios de Manuel Alvar del español de España y el de la República Dominicana. Así también resultan imprescindibles las aportaciones de Alba de 1990 donde se cataloga al español de la RD como “…la variante hispánica más innovadora” (Marchena, p.19) Partiendo de estos estudios valoramos el capítulo XLV en el que la voz narrativa se detiene en el personaje de Cole a quien describe como: …como cocolo de San Pedro de Macorís, hablaba una jeringonza donde según él se mezclaban el griego, el alemán, noruego, japonés, “holandez” y por último “ tres tipos de inglés” que “conclullen” de esta manera: El inglés británico, el americano y el inglés de la isla “Jamaika”, Trinidad y las Wetldies. (p.175) En los estudios consultados se enfatiza el aspecto sociológico del uso de la lengua en el que la variable diatópica resulta imprescindible para la mejor comprensión del proceso de desarrollo lingüístico de una lengua, como así lo explica Marchena: Por diatopía se entiende el espacio geográfico en donde se enmarca la variación. Los hablantes de cada área geográfica usan las modalidades regionales características de zona a la que pertenecen; estas variantes geográficas son los dialectos o variantes realizables de un diasistema. Responden a los factores sociohistóricos (guerras, invasiones, inmigraciones/emigraciones, políticas lingüísticas, estrategias geopolíticas, etc.) que intervienen en el desarrollo y la evolución de una lengua (diacronía) (Marchena, p.39) Como podemos observar Cole en su autodescripción cumple con la variante antes mencionada, pues incluye las razones de las características de su español. De igual manera, la información de su origen cocolo resume un aspecto que la Prof. Marchena también trabaja en su investigación y es la influencia incluso de variantes provenientes del portugués de esclavos traídos ya con un dialecto de origen portugués que resulta significativo para su estudio sobre el uso de la doble negación en el español dominicano. Por otro lado, es también notoria la información que nos ofrece la Prof. Severino en el sentido de la preferencia que demuestra el español dominicano por el uso de las formas extranjeras, entendiéndose España principalmente. Por tanto, este capítulo dedicado a Cole recoge los aspectos de significativa influencia en el español dominicano. De igual manera debemos recordar que recoger el habla dialectal de las lenguas ha sido un recurso de los escritores para denotar una cultura en particular, pero más significativo aún para visibilizar grupos sociales que las estructuras políticas oficiales prefieren ocultar, como recientemente hicieron en el Estado de la Florida en el que han eliminado gran parte de la literatura hispanoamericana de sus currículos y hasta de la propia como ocurre con “Catcher in the rye”, de Sallinger. En Sireno este recurso aporta una reflexión importante sobre la diversidad cultural y ligüística de la RD importante para quienes queremos conocerla y quererla mejor. Ahora bien, como señaláramos al comienzo de este análisis, esta historia de amor entre Marina y Bandeiras está enmarcada en un tiempo y un espacio de la historia de la RD. Como vimos, el joven Bandeiras deja a su madre y a su país, Brasil, convencido de que va a luchar por la democracia en la RD. No obstante, poco después de llegar a SD se da cuenta de que fueron engañados y así lo describe en una carta a su madre: Querida mamá: Llegamos a Santo Domingo un mes después de los gringos. Si me preguntan en privado a qué vinimos, tendría que decir que se quisieron cubrir con nosotros formando una supuesta Fuerza Interamericana de Paz. Esa fuerza es un chiste. Toda una operación “Poder Pack”, compuesta por 42,000 marines de la 82 División Aereotransportada, mientras que nosotros somos apenas 1,300 soldados, apoyados por 250 hondureños, 184 paraguayos, 160 nicaragüenses, 21 policías de Costa Rica y tres de El Salvador. Imagínate. Si eso es una Fuerza Interamericana entonces yo soy japonés. Sencillamente vinimos para salvarle la cara a los Estados Unidos, y si nuestro gobierno no se pone los pantalones nos hubieran ninguneado. (p. 51) Este juicio de realidad que aquí expresa Bandeiras con respecto a su presencia y la de su país en la Guerra del 65 marca la historia en la que trascurren los hechos de Sireno. Es una intrahistoria, el amor de Marina y Bandeiras en tiempos revueltos, de revolución armada que enfrentaría a unos contra otros, pero que rescató una Constitución que dio al traste con 30 años marcados por el egoísmo y la soberbia. La gran revolución, la Guerra de abril de 1965, como dice Quisqueya Lora en su texto: “Nosotros somos también el pueblo” El comando de los artistas en la Guerra de abril : En abril de 1965 se produjo una conexión mística y concreta, colectiva, que fue reflejada por el arte de la época.

2. Abril fue un momento de lucidez colectiva, en muchos sentidos una metamorfosis breve, pero significativa. Se puede tomar ese periodo de 130 días como un precioso diamante de la historia de las luchas contemporáneas dominicanas. (Lora, p.94) En fin, si quisiéramos señalar la significación de la novela Sireno tenemos que concluir que es la gran metáfora de la preminencia de la belleza sobre el horror. La certeza de que muchas veces tememos a las profundidades de la lucha por una mejor vida porque miramos a través de espejos que invierten la realidad. Sireno perderá el temor a la profundidad de la belleza y el amor y sabrá rechazar el horror. Marina volverá a la mar y se reconocerá. El amor no reconocerá la muerte y los hijos de nuestras patrias recuperarán sus profundidades, la belleza de sus hablas, sus ritmos y melodías; sus sueños y verdades… y sus sirenas… y sus sirenos.