La pasada semana los dominicanos nos vimos arropados por dos acontecimientos muy disimiles. Uno la alegría de ver el cuarto pelotero dominicano exaltado al Hall de la Fama de Cooperstown, y el otro, la ignominia del abuso del sector eléctrico representado por las burocracias de las Ede machacando la tranquilidad de los usuarios al aplicar una tarifa antojadiza que elevó las facturas hogareñas hasta en el 300%. Y eso que anunciaron la revisión y modificar ese abuso no sin mencionar que podría ser algo parecido al famoso e inefable peaje sombra de la autopista del nordeste, que después de la anulación del contrato, aplicaron un ligero maquillaje a las tarifas pero en general la rebaja no pasó del 10% y se mantienen muy elevadas.
Las protestas no se hicieron esperar y una rápida reacción del presidente Abinader evitó por ahora que las calles hicieran recordar aquellas pobladas de 1984.
Con una inflación galopante que acudir los centros de acopio de mercancías y alimentos diversos es una tarea penosa por los elevados precios de los productos comercializados para la alimentación, lo cual empuja hacia una pobreza que se había superado hace tan solo un año. No es posible sostenerse con los exiguos ingresos y que de repente uno se tope con un factura de la luz elevada en mas del 300%.
De inmediato se iba a producir una reacción nacional que hubiese sido el preámbulo similar a aquellos sucesos sangrientos de abril de 1984. O similares a los que se producen actualmente en otros países de la región como en Panamá y en Ecuador.
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Oros países de la región están experimentando protestas radicales de las poblaciones. Ya hay varios gobiernos con el agua al cuello por el alza de los precios en particular el de la energía que encaminaría a los nuevos gobiernos de los países que lo estrenan por senderos de un socialismo trasnochado que solo traería miseria a los pueblos.
Estos se verían sumergidos de nuevo en la vorágine populista de un socialismo que ya vivió se etapa de ensueño, y fue, y es un tremendo fracaso en varios países de América.
La exaltación del David Ortiz al Hall de la Fama de Cooperstown constituyó un acontecimiento social en donde el sabor dominicano arropó el ambiente con la alegría de la música y entusiasmo de los asistentes que llegados del país y las ciudades cercanas al lugar de la actividad que año tras año reúne aquellos deportistas que son elevados a ese nicho del honor.
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El pasado domingo, nos olvidamos de los abusos de las EDE, el ambiente solemne de Cooperstown se transformó por la alegría contagiosa del dominicano estimulado por el carisma natural de David Ortiz que se adueñó del lugar que nunca había vivido una actividad tan solemne con ese jolgorio tan espontáneo de la raza dominicana.
Todo motorizado por el entusiasmo de un atleta tan carismático que a donde llega todo comienza a girar en torno a su proceder.
Este quedó plasmado aquella vez en 2013 cuando la ciudad de Boston se vio sacudida por el terrorismo en el tradicional maratón de la ciudad.
Aquella vez David Ortiz sacó la cara por todos los bostonianos para defender a la ciudadanía y fue objeto de una gran reconocimiento en el estadio de béisbol del Fenway Park.