Entre Judas y Barrabás

Entre Judas y Barrabás

-I-

Judas fue un personaje tan famoso que el propio Juan Bosch le dedicó un libro de 150 páginas. Y por qué tal cosa? Fue uno de los doce discípulos de Jesús. Comía y andaba con él.

Pero de repente, como si le entrara un espíritu maligno, decidió traicionar a su Maestro, al que le había dado quizás la posición de tesorero del grupo, el mismo que le había dado tanta valía y una importancia social que no tendría jamás si no hubiera sido el discípulo del Hijo de Dios. Juan 13:27 lo describe así: Y después del bocado, Satanás entro en él. Entonces Jesús le dijo: lo que vas a hacer, hazlo pronto. Posiblemente, su ansia y afán de dinero, de fama o de poder, lo llevó a traicionar sus principios.

-II-

Barrabás entró a la escena de la historia de la Biblia, sin quererlo. Se trataba de un ladrón, quizás un asesino. Lo tenían preso. Y hasta listo para ser condenado por sus delitos. Era una tradición en los días de la pascua judía que los romanos le soltaran un preso. Era parte del formato o de la fiesta. Juan 19:39 habla que cuando Pilatos preguntó si le soltaba a un preso, el pueblo dijo, No a éste, no a Jesús sino a Barrabás. Y Barrabás era ladrón.

El pueblo, la popularidad, la gran mayoría, se inclinó a favor del delincuente. No es raro que hoy día se encuentren comunidades que se identifiquen con personas perseguidas y condenadas por la justicia. Que han pasado hasta ocho años encarcelados y extraditados por sus crímenes. Y aun así, hay quienes le ven sin pecado alguno. Y hasta aplauden su presencia y lo vitorean como si fuera un héroe.

-III-

Jesús fue condenado por los principales sacerdotes y los fariseos por envidia y celo. Él hacía muchas señales, milagros y sanidades. (Juan 11:47,49) Y era preferible que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación perezca. Creía que ese hombre ponía en juego los intereses de la nación, en la que estaban representados sus intereses. Aun Pilatos, el jefe romano, no hallaba delitos en Jesús. Juan 19,6. Y si no había delito, por qué lo perseguían, lo calumniaban, y hasta contrataron a otros para que inventaran falsos testimonios de qué acusarle. En Sociología de la Comunicación se aprende que la popularidad, como la de Barrabás, sin que signifique que tenga la verdad o la razón, puede ser creada. Y la impopularidad o la tasa de rechazo, como la de Jesús, también puede ser manejada, para no decir fabricada.

Lo importante, pues, es pedirle a Dios que esos espíritus, como los de Judas y Barrabás, no contaminen los corazones de hoy en día, en ninguna de las esferas o estamentos sociales, religiosos o políticos de la nación, a fin de procurar la unidad y el progreso de los dominicanos.

 

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