Los resultados del desempeño del sector no satisfacen y el Gobierno da una muestra de compromiso para aliviar la carga que representa ese sector
El nombramiento que acaba de hacer el presidente Luis Abinader del empresario Celso Marranzini como nuevo presidente del Consejo Unificado de las Empresas Distribuidoras de Electricidad (CUED), en adición a sus funciones como vicepresidente ejecutivo de la Empresa de Generación Eléctrica Punta Catalina, es una expresión de la insatisfacción del Gobierno por el desempeño del sector, pero a la vez es una muestra de compromiso para aliviar la carga que representa ese sector para la economía y, particularmente para las finanzas públicas.
La noticia sobre el nombramiento se produjo al mismo tiempo que se conocía que, según un informe del Ministerio de Energía y Minas, las pérdidas eléctricas acumuladas a septiembre de 2023 alcanzaron el 35,8% de la energía entregada pero no facturada por las distribuidoras, 4,8 puntos porcentuales mayores a las de igual período de 2022.
Y no fueron mayores gracias a que los precios del petróleo en 2023 fueron significativamente más bajos que en 2022.
Para el economista Richard Medina se trata de las pérdidas más altas desde 2009 y no se fueron más lejos por la ayuda de los precios del petróleo, que en 2023 fueron significativamente más bajos que en 2022.
Con la designación de Marranzini en el CUED, el presidente Abinader expresa la voluntad política de no concluir su actual gestión con resultados tan negativos en la gestión de las pérdidas del sector eléctrico.
Y lo ha hecho escogiendo a una persona que ha dado fe pública de que está comprometido con una buena gestión del sector y que puede exhibir resultados.
Es el caso de su gestión al frente de Punta Catalina. Marranzini evitó sumarse a fuerzas que halaban la cuerda para arrastrar a esa planta a la cualquierización y a la estigmatización.
Por el contrario, dio el valor que tiene Punta Catalina como principal planta de generación de energía de la República Dominicana y hecho una gestión a la altura de esas circunstancias, contribuyendo a hacer de ella un planta eficiente y el principal contribuyente de la DGII. Pero no se queda ahí, y ha hecho público el propósito de, a través de una licitación pública, buscar un operador que asegure la eficiencia a largo plazo.
Además, Marranzini es quien ha expresado públicamente que nunca se va a resolver el problema eléctrico del país mientras el sector sea manejado por el sistema político.
Y el que el presidente Abinader lo haya escogido para presidir el CUED en un año electoral (donde hay buen caldo de cultivo para el clientelismo), pone en evidencia una voluntad política para conducir la gestión del sector eléctrico hacia mejores resultados.