El Plan Estratégico Nacional de Salud 2030 utilizó la buena Epidemiología como ciencia del saber hacer, hacer saber y saber estar en salud colectiva. Abordó enfermedades prevalentes, en especial las no transmisibles. Igualmente los accidentes, violencias y deterioros mentales que en esta tercera década del siglo XXI, predominan en la mortalidad de unos 63 mil dominicanos anuales.
La inclusión social, gobernabilidad, ambiente y economía concurrentes del plan 2030, consideraron desafíos del XVII Congreso de Medicina Social y Salud Colectiva, celebrado en Buenos Aires este julio 2023. Asistimos a una “pandemia sindémica” que destapó nuevos problemas. Paralelamente, tuvimos la holística de considerar la Epidemiología y “transición epidemiológica”, tal como fueron reflexionados hace 40 años.
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En 1983, epidemiólogos y planificadores de América analizaron la función de la Epidemiología en países occidentales. Tras examinar su uso, recomendaron ajustar su aplicación a las necesidades del momento histórico: las enfermedades no transmisibles. Al 2023, RD posee 10.7 millones de habitantes, de los que 7 millones son adultos. De estos, 4.9 millones tienen sobrepeso; 2.3 millones padecen hipertensión y 852 mil sufren diabetes. Las cifras implican millones de pesos en fármacos, emergencias y hospitalizaciones prevenibles.
El buen manejo de la pandemia evidenció que las enfermedades transmisibles se controlaron, independiente de los brotes aislados de otras infecciosas generados en Haití. Se suma un promedio de más de 3,500 fallecidos por año en accidentes de tránsito, miles de casos de neoplasias por contaminación ambiental y hábito de fumar. En EUA, 21.7% de mortalidades no infecciosas se debían al ambiente. Esa es una de las innovaciones que trae la bitácora Salud 2030. Contiene 35 proyectos ajustados al cambio demográfico, transición epidemiológica y adaptación climática, que acontecen aquí y en el mundo.
El 80% de los dominicanos de esta tercera década del siglo XXI reside en ciudades. En 1950, más del 70%, residía a nivel rural moviéndose ulteriormente a suburbios urbanos. Especialmente en el Gran Santo Domingo y Santiago rodeados del entorno metropolitano regional cibaeño. Solo avanzaremos, si estas ciudades mejoran su sostenibilidad ambiental y ordenamiento territorial para robustecer una economía dinamizada por turismo, zonas francas, agroindustrias servicios y remesas.
En 2030 asistiremos a una profundización del cambio demográfico. Expresado por una marcada reducción de natalidad y fecundidad. De 7.6 hijos por mujer en 1955, pasamos a 2.3 hijos en 2023, pudiendo llegar a 1.8 en 2030. La expectativa de vida se elevará significativamente bordeando los 80 años. Por lo anterior, hacer planificación en salud impone una epidemiología innovadora de enfermedades no trasmisibles, accidentes, salud mental y otros puntos críticos contemplados en la Estrategia Salud 2030.