Ernest Hemingway, es probablemente el escritor de la primera mitad del siglo veinte que desde su juventud, ha sido identificado por sus condiciones físicas excepcionales de hombre alto y robusto, expresivo, bello sin saberlo y con un charme dotado de un hombre elegante y natural.
Para mis contertulianas y contertulianos del Circulo Literario Virgilio Diaz Grullón.
Todos estos aspectos son fundamentales para la foto, pero no para la obra. Este americano, de Michigan, experimentó la vida con pecho abierto y desde niño, su padre le enseñó a relacionarse con la naturaleza.
Lo que nos atrae en él, es su capacidad en captar la fuerza de la vida, observar el entorno existencial,nutrirse con los elementos más sensoriales y de la cotidianidad.
Para él, todo instante ofrecía un momento existencial singular.
Cuando leemos sus obras, la escritura es sinfónica lleva el encanto de la vivencia, de la implicación del autor como ser dentro de lo que narra.
Las palabras son acertadas precisas , eficientes, con un tono natural cuyo mensaje está al alcance inmediato del lector. Pertenece a una generación del entre dos guerras que escribía para compartir situaciones, experiencias,vivencias y atraer al lector en el mismo corpus de su historia tenía un alto nivel de la comunicación y de la conectividad con el lector una necesidad de compartir la relación sublime entre escribir y leer.
Cuando escuchamos la voz de su discurso recibiendo el Premio Nobel de Literatura en 1957, sentimos un timbre vocal de un hombre discreto y prudente con las palabras. Lo que nos importa es el fondo del mensaje, evoca la soledad del escritor, insiste en declarar que un autor escribe en la soledad y solo lo puede hacer así.
La soledad garantiza la obra, Hemingway,confiesa que cuando los escritores hacen grupos, se reúnen es una manera de intercambiar con diversas y variables soledades.
En su vida literaria toda escritura elaborada se confirmó a través de los viajes, como pretextos para huir la vida urbana social devoradora de tiempo y espacio para crear
Los cafés de París, bistrots, de mala muerte, o distinguidos y altos lugares gastronómicos, fueron para escenarios privilegiados donde sacaba su carnet de notas, y escribía sentado en una mesa tomándose una cerveza o una copa de vino.
Eran circunstancias excepcionales que le facilitaban centrarse en una atracción con la escritura y el acompañamiento simbólico de un lugar público que le ofrecía el ruido, el olor, el movimiento de la existencia captada en ese mismo instante de soledad y llevado a la hoja…Iba a pescar personajes, y así lo hizo con una muchacha parisina , vecina de mesa que observó de arriba abajo y ella, nunca supo que la llevaría para la eternidad en uno de sus cuentos…
En Paris encontró todos los fundamentos de su escritura,se planteó la necesidad de escribir ficción, y poco a poco despegarse del periodismo para entrar en la imaginación, salir de la realidad sin abandonarla, para, a partir de ella y con ella crear, edificar una narrativa propia.
Paris era una fiesta, no es un libro sobre Paris.
Es una novela iniciática con dobles niveles, pues es el inicio de su primer amor , de su primera esposa, de su primer hijo, y dentro de esta dimensión, tenemos su iniciación a la escritura de ficción a la búsqueda de una identidad literaria propia con la necesidad de ampliar y crecer con nuevas lecturas para alimentar sus fundamentos intelectuales, como fue el caso de todas las obras de los escritores rusos como Turgueniev y Dostoievski, que pudo leer y releer gracias Sylvia Beach, dueña entonces de la librería Shakespeare and Company.
Ese escritor de 25 años y profunda belleza,estaba enamorado de su esposa, Hadley, con un amor forjado en la ternura, la complicidad y la solidaridad compartida con todo lo que les rodeaba desde los brotes de la primavera parisina, hasta la huida del frío, y el refugio en las montañas para esquiar en espera del sol y volver a la ciudad, vivían en el fond´´ latin lover ´´que de americano de Michigan cepa de tierra , ríos y lagos.Pero justamente ,en su novela Paris era una fiesta lo que sabemos de él es la atitud de un hombre respetuoso de la feminidad, ajeno a la vida underground cabaretera, fiel a su responsabilidad de esposo, feliz con su estatus de hombre casado y así lo expresa en el capítulo´´ Con Pascin en el Dome´´´cuando las chicas cocotte y el pintor intentan atraerlo hacia una noche loca, con cena y sexo, el contesta sobriamente que cenara son su ´´legitima´´…
Estamos lejos del Hemingway fotografiado, empinando una bota de vino en Pamplona, o pasando la capa de torera en las arenas de Sevilla, en compañía de la pertutbadora y atractiva Ava Garner….
La figura íntima de Hemingway es la que se refuerza en toda su obra literaria, es en ella, en la escritura y no en la foto que está toda su dimensión de uno de los mayores autores del siglo veinte.
Ni liberal, ni conservador ni comunista Ernest Hemingway era un pensador libre, lo decimos así para evitar el efecto peyorativo que evoca el binomio libre pensador. Defendió las mayores causas de la República española por su alta conciencia de la democracia y de la libertad, por eso optó por el frente antiifascista en toda Europa.
Debemos insistir en esta personalidad y con el conjunto de su obra , de una escritura pensada, nutrida, elaborada con la conciencia de una imaginación ordenada, con la conciencia del trabajo bien hecho, del duende animado de conocimientos y praxis con la vida, esa es la obra narrativa de Hemingway a la cual debemos volver y que debemos medir como ese puente vanguardista que se estableció con toda una generación que insistimos en decirlo no fue perdida pero si perturbada, exaltada , por ansias de verdad y búsqueda de la exigencia, en ese sentido The Lost generation es una generación encontrada entre lo sublime de la gesta innovadora de Paris en los años 1920 y las amenazas del entre dos guerras que conducirán al mundo a un nuevo conflicto inevitable después de la crisis de 1929.
Es frente a todos esos peligros que nació lo más sublime del siglo veinte las vanguardias, la renovación len a revolución de las ideas, y en toda esta gesta está la obra de Ernesta hemingway en toda su dimensión.
Quiero terminar con estas palabras del escritor traducidas por mí misma y sacadas de una clase magistral de literatura comparada en la Sorbonne en 1971´´En la escritura hay muchos secretos. Nada se pierde, a pesar del sentimiento de dejar siempre algo de lado, pero no importa, lo que dejamos en algún momento vuelve a aparecer……Muchos hablan de los secretos de los escritores,y dicen que son el producto de una alquimia, se escribe mucho
Actualmente , los que intentan explicar la creación literaria son más numerosos que los buenos escritores…
«La figura íntima de Hemingway es la que se refuerza en toda su obra literaria, es en ella, en la escritura y no en la foto que está toda su dimensión de uno de los mayores autores del siglo veinte».