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Si el movimiento Renovador tuvo la virtud de llevar a la UASD del XIX al siglo XX, aunque ha sufrido algunos retrocesos importantes; un Segundo Movimiento Renovador debería tener la misión de llevar a esa institución al siglo XXI.
Con efecto, al final de la pasada centuria y en la presente, el país y el mundo ha sufrido un proceso de acelerada urbanización, que ha corrido parejo con una profunda revolución tecnológica, con enormes implicaciones económicas y sociales.
Por de pronto, la población universitaria se multiplicó por cien y de un estudiante cada mil habitantes ahora hay uno cada treinta. La UASD está presente en 20 de las 32 provincias del país y hay 45 universidades privadas.
Por otra parte la calidad de la formación universitaria dominicana es altamente cuestionable, lo mismo que en su organización y metodología de enseñanza.
El Movimiento Renovador hizo valer las cuatro funciones académicas que debe tener toda universidad: docencia, investigación, extensión y criticidad frente a la sociedad y el saber establecido: Conceptos tales como la Universidad a Distancia, la Universidad Crítica, Universidad sin Aulas (en taller, empresas y la administración pública; Universidad Breve y Educación Permanente, que se ensayaron de diferentes maneras, desaparecieron completamente.
La integración masiva del arte, los deportes y la extensión desaparecieron completamente.
La UASD fue primera en el país en utilizar un centro de cómputos para fines docentes y también en cátedras-conferencias, incluso grabadas, con profesores sobresalientes, el germen de la docencia en línea, que es una alternativa válida para beneficio de estudiantes y económica para la universidad, a tal punto que materias tan complejas como “Inteligencia Artificial”, las toman por miles y el 70% de los alumnos las prefieren.
En lugar de seguir creando cargos burocráticos inútiles, tanto académico como administrativos, la UASD debe eliminar las facultades tradicionales, que son residuos de la universidad feudal, y establecer simplemente tres grandes organismos con rango de Vicerrectorías: Humanidades y Ciencias Sociales, Ciencias Médicas y Desarrollo Humano y Ciencias y Tecnología, para que casi todo se maneje desde las escuelas o departamentos, invirtiendo mucho más en estudios de postgrado, en tanto que aquellos que no puedan avanzar más se les permita adquirir con cincuenta a setenta créditos, con grado de Asociados, que los habilite para trabajos técnicos o empleos de nivel intermedio, para que sean útiles social y culturalmente a la sociedad en lugar de frustrarlos luego de dos o tres años de estudios universitarios.
Debe cesar la “colonización” de los centros regionales, con personal muchas veces sin concursos reales con fines proselitistas universitarios, pagando la UASD viáticos indefinidamente, e impidiendo que se forjen académicos que contribuyan a desarrollar en las provincias un ambiente intelectual superior.