Esa gente sabe

Esa gente sabe

Tienen rostro, domicilio, cédula de identidad y electoral. Tienen familia, también historia, su historia. Son muchos, muchísimos. Con defectos, virtudes, simpatías, méritos y deméritos, creen en la patria y asumen el compromiso que implica quererla. Apuestan a mantener la dignidad en el terruño, donde están sus maestros, sus compadres.
La vecindad que los vio crecer, soñar, forjar su carácter, entre el polvo y la palma, el río y el monte, la sierra y el mar. Entre chivos y burén, uvas y becerros, iglesia y parque. Son muchos, muchísimos. Bravucones, sinceros, alegres y circunspectos. Son muchísimas, algunas respondonas, veleidosas, laboriosas, autónomas, a veces en demasía. Conocedores de obligaciones y deberes.
Su aspiración no está en la página de revista social, están ajenos a ser tendencia en las redes. Su aspiración es poder exhibir, el producto de un trabajo sin descanso. El día después les interesa. Les impulsa y conmina la convicción del deber cumplido. Son desconocidos para los tradicionales hacedores de opinión, para los “influencers”, sin embargo, esas personas tienen encima de sus hombros el peso de la democracia. La hipérbole puede irritar o sorprender, pero es su impronta.
Sin regatear prestigios bordados con tranquilidad y sin peleas, la afirmación se ajusta a los hechos. Esas personas son las integrantes de las juntas electorales, órgano de la administración electoral cuyas funciones administrativas están subordinadas a la Junta Central Electoral-JCE-. Son 1,428 miembros titulares y suplentes. Sin Juntas Electorales, no pueden celebrarse elecciones, hombres y mujeres con la encomienda de conformar los colegios electorales. 158 entidades con las atribuciones administrativas que determinan el inicio, desarrollo y conclusión del proceso electoral, en tanto y en cuanto “expiden los correspondientes certificados de elección a los candidatos que hubiesen resultado elegidos a cargo municipales y proclamarlos”.
Y cada junta es asistida por un secretario o secretaria, para el despacho de las “cuestiones administrativas”. 93 secretarias y 65 secretarios, siempre prestos y dispuestos. Dominicanas y dominicanos que están en sus locales, como centinelas del proceso electoral. Viejos, jóvenes, veteranos y veteranas, novicios- los menos-, en las lides electorales, lúcidos y respetables que saben quién es quién en sus municipios.
Connacionales que sin importar hora ni día, sin temor al agravio o al riesgo, afanan, mañana, tarde y noche. Basta una decisión del Pleno de la JCE, presidido por el presidente Julio César Castaños Guzmán, para que la Dirección Nacional de Elecciones y la Coordinación de Juntas Electorales transmitan el mandato y la respuesta es inmediata.
Reaccionan con la presteza de un ejército. Acatan sin titubeos. Las excusas no existen. Sanos, convalecientes, tristes o alegres, acuden al llamado. Personas enfrentadas con interés y entusiasmo a un proceso inédito, novedoso, trascendente. Asumieron el desafío con dedicación, dispuestos a aprender, a capacitarse, para ser partícipes y protagonistas de la transformación del sistema electoral dominicano.
Sin horario, sin miedo, pueden explicar cada paso del proceso, cada instante de la jornada. Sin esperar elogios y resistiendo injurias, defienden la creación de la Dirección de Informática, la pertinencia del Voto Automatizado. Saben la contundencia de su digna labor, realizada con rigor en 158 municipios, desde antes del 6 de octubre, día de la celebración de las primeras elecciones Primarias simultáneas, opción de dos partidos políticos para la escogencia de sus candidatos. Primarias organizadas, reglamentadas, arbitradas por la JCE, modalidad que incluyó la implementación del voto automatizado, aprobado y vigilado de manera continua por los partidos participantes.
Si alguien quiere saber detalles del relevante decurso electoral que busque la respuesta donde están los protagonistas, la gente que sabe. Que indague en las secretarías y en las juntas que funcionan en el territorio nacional desde Altamira hasta Yamasá, Las Yayas, Partido, hasta Esperanza. Desde Puñal, Paraíso, Sánchez, Boca Chica, EL Seibo, hasta Baitoa. Desde el Distrito Nacional, Loma de Cabrera, Nizao y Mao hasta San Francisco y Santo Domingo Este. Ahí encontrarán a la gente. Y esa gente habla del éxito de las Primarias, con la satisfacción y el orgullo propios del deber cumplido.